Por Juan Pablo Carranza * y Eduardo León Bologna **
¿Cómo y para qué puede usarse en las ciencias sociales la información generada en esta nueva edición del censo? Estos interrogantes abordan Carranza y Bologna –docentes e investigadores de la Facultad-, y sus expectativas son promisorias: en momentos en que ha crecido –en calidad y cantidad- la generación de información georreferenciada y el manejo de este tipo de datos por parte de los investigadores ha comenzado a generalizarse, es posible esperar estudios que hagan una utilización intensiva de la información censal. Esta situación decantará en una mayor y mejor producción de información secundaria, que potenciará los insumos para el diseño de políticas públicas de corte territorial.
1. Introducción
Si la idea de una fotografía instantánea es adecuada para describir un censo, hay que extender la metáfora y considerar que quienes toman fotos tienen bajo su responsabilidad la elección del encuadre y la iluminación; lo que el censo muestre será aquello que el Estado, a través de sus organismos de estadística, haya decidido que se releva. Los datos que se publiquen al cabo del censo serán el resultado de la mixtura entre ciertas características de la población de Argentina y un conjunto de decisiones tomadas con anterioridad. Serán los aspectos de la sociedad a los que se ha decidido tomar en consideración; algunos son indispensables como insumos demográficos y están presentes en todos los censos, como el sexo biológico y la edad en años cumplidos, mientras que otros responden a valoraciones de la época.
El censo es la fuente de datos clave de los estudios demográficos, porque la información que provee permite observar el tamaño, la composición y la distribución de la población en un momento dado, así como seguir sus cambios desde el pasado, al poner al censo en una serie temporal que en Argentina tiene más de 150 años. Además, se aplica a hacer previsiones sobre la evolución futura de la población. Las proyecciones de población son necesarias para planificar inversiones de largo plazo, como ubicación de escuelas, centros de salud, y para organizar operativos de escala nacional, como las campañas de vacunación.
Conocer de manera periódica un conjunto de características demográficas, sociales y económicas de las personas y los hogares de un país es fundamental como insumo para el diseño de políticas públicas y el análisis de su impacto territorial. La composición por edades orienta la planificación de infraestructura educativa, recreativa, sanitaria, de atención a la vejez. La ubicación geográfica de las carencias habitacionales o de servicios ayuda a priorizar inversiones en diferentes zonas del país. Cuando se hacen proyecciones de población, se estima qué grupos de edades crecerán más en el futuro y se puede anticipar cuáles serán las demandas Por su carácter exhaustivo, el censo permite conocer aquellos aspectos que han sido relevados, a nivel geográfico detallado, para pequeñas zonas del territorio nacional y por ello sirve para la planificación a nivel municipal.
En investigación social, el censo es la fuente más pertinente para estudios de segregación residencial, que indica el hecho de grupos socialmente jerarquizados ocupan espacios diferentes. Para D. Massey (2016), la segregación residencial es el eje de la estratificación racial en Estados Unidos y, para el caso de nuestro país, conocer el modo en que se relaciona la distribución territorial de la población con características sociales, económicas, educativas y laborales, entre otras, es un insumo valioso para planificar políticas públicas.
Aquello que el Estado, por medio de sus organismos de estadística decida preguntar y no preguntar, es lo que se llegará a saber sobre la población. Así, el censo puede iluminar u oscurecer a subconjuntos de la población. La incorporación de preguntas sobre pertenencia a pueblos originarios o afrodescendencia, así como un abanico más amplio de opciones para expresar identidad de género, son contribuciones importantes a la visibilización de colectivos que fueron ignorados en otros momentos de nuestra historia.
2. Cuestiones metodológicas relevantes del Censo 2022
El Censo 2022 será coordinado por un Comité Operativo, integrado por representantes de la Jefatura de Gabinete de Ministros, los Ministerios del Poder Ejecutivo Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y presidido conjuntamente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y el Ministerio de Economía. Este operativo permitirá recopilar información socioeconómica y demográfica de toda la población argentina. Esto incluye aspectos relacionados con la vivienda y los hogares que las integran (entendiendo que pueden coexistir múltiples hogares dentro de una misma vivienda), tales como la condición de propiedad o el acceso a bienes y servicios públicos. También se relevan aspectos específicos de cada uno de los integrantes de cada hogar, como su nivel educativo, sexo registrado al nacer e identidad de género, edad, condición de actividad o cobertura de salud, entre otros aspectos.
Una de las principales novedades de esta edición del censo consiste en la bimodalidad. Entre el 16 de marzo y el 17 de mayo es posible autocensarse completando el cuestionario a través de internet, y posteriormente generar un código alfanumérico que podrá ser presentado al censista el día del operativo sin necesidad de que ingrese al domicilio. Además, se mantiene el operativo presencial tradicional, a realizarse el miércoles 18 de mayo de 2022, que fue decretado feriado nacional, para facilitar a las personas encontrarse en su hogar.
Inicialmente, el INDEC había pensado solicitar el DNI a los habitantes para poder cruzar la información censal con otras bases de datos del Estado, como la ANSES. Si bien esta información potenciaría los alcances del censo, su implementación generó numerosas críticas, dadas las posibles fallas de seguridad en la infraestructura de bases de datos del Estado y la posibilidad de fuga de información sumamente sensible que permitiría asociar la identidad de las personas con sus condiciones materiales de vida y su localización geográfica. Ante estas críticas, el organismo dio marcha atrás con esta iniciativa, y se limitó a solicitar el DNI sólo a quien completa el censo de manera digital [1].
Otra de las modificaciones críticas previstas para esta edición consiste en la cantidad de preguntas. En el censo 2010 se utilizó un formulario básico, con 35 preguntas y además un cuestionario ampliado de 67 preguntas. El cuestionario ampliado se aplicó al total de viviendas de las localidades que, de acuerdo a las proyecciones, contaban con menos de 50.000 habitantes, mientras que en las localidades más grandes se aplicó el cuestionario ampliado a una muestra probabilística de algo más del 10% de viviendas. Al resto de viviendas de estas localidades se las censó con el cuestionario básico. En esta edición, dada la adopción de la bimodalidad y la imposibilidad de conocer de antemano la cantidad de personas que optarán por el cuestionario electrónico, se implementa un cuestionario único consistente en 61 preguntas.
Además, cambia el registro de residencia de la población porque, a diferencia del 2010, el actual es un censo “de derecho”, y no “de hecho”. En los censos anteriores se preguntaba a todas las personas de la vivienda que hubiesen pasado allí la noche anterior, sin importar si esa era su residencia. Por el contrario, en el censo 2022 se registra la residencia habitual.
Siguiendo la estructura de la Encuesta Permanente de Hogares, el Censo 2022 incorpora información sobre la cantidad de hogares dentro de cada vivienda (antes esta información era registrada por observación del censista, y ahora es una pregunta explícita). Se considera a un hogar como una “unidad de consumo” dentro de una misma vivienda.
Se incorporan también nuevas preguntas, como la cantidad de baños del hogar, la legalidad en relación a la propiedad de la vivienda (si cuenta o no con escritura) y la conectividad a internet. También se eliminan otras preguntas que parecen haber quedado obsoletas dadas las modificaciones en las prácticas de consumo de los hogares, como la tenencia o no de heladera o de teléfono fijo. Tampoco se preguntará sobre el estado civil de las personas, ni si saben leer y escribir.
Entre los principales avances, se incorpora la autopercepción de género: en donde anteriormente solo se podía optar por responder el sexo registrado al nacer (varón o mujer), las personas podrán seleccionar ahora entre las siguientes opciones: “mujer”, “mujer trans / travesti”, “varón”, “varón trans / masculinidad trans”, “no binario”, “otra identidad / ninguna de las anteriores”. De igual manera, se contempla una pregunta orientada al autorreconocimiento étnico de la población, en conjunto con información sobre el conocimiento de lenguas indígenas u originarias. También se incluye una pregunta orientada a detectar la presencia en el hogar de personas con limitaciones físicas o cognitivas.
3. Posibles aplicaciones de la información censal en las ciencias sociales
Quizás una de las aplicaciones principales de la información censal para las Ciencias Sociales sea la disponibilidad de información socioeconómica y demográfica vinculada al territorio, es decir, georreferenciada. La presentación de la información censal implica la división del territorio nacional en diferentes unidades geoestadísticas. Las unidades más grandes se corresponden con los límites administrativos de las provincias y los departamentos (partidos), mientras que las unidades espaciales más pequeñas son definidas específicamente a partir de la información censal, y consisten en fracciones y radios censales [2]. La fracción censal contiene un promedio de 5.000 viviendas mientras que el radio censal a un promedio de 300. Para lograr una cartografía consistente, en donde los límites de los radios censales coincidan exactamente con los límites administrativos de los departamentos, en los bordes de las localidades el radio censal puede bajar a 200 viviendas, aproximadamente, y en localidades aisladas a 100 viviendas [3].
Sobre estas unidades espaciales se agrega la información de todas las viviendas, hogares y personas que se localizan allí dentro. A modo de ejemplo, la Figura 1 informa sobre el porcentaje de jefas o jefes de hogar inmigrantes en la ciudad de Córdoba para el Censo 2010.
Con la publicación de la información del censo 2010 a nivel radio censal georreferenciado, ha sido prolífica la creación de información secundaria. La información del censo 2010 ha sido utilizada, muchas veces en conjunto con otras fuentes, para indagar sobre la distribución espacial de numerosos indicadores sobre las condiciones socioeconómicas de la población. Solo a modo de ejemplo y sin pretensión de exhaustividad, se puede resaltar el mapa de estratificación y desigualdad social (De Grande y Salvia, 2019) que presenta la estratificación de los radios censales del país según un criterio socioeconómico. También el mapa de pobreza crónica (Gasparini, et al., 2020), entendiendo como pobreza crónica a la alta probabilidad de haber sido pobre en los distintos escenarios del pasado, lo cual provee una mejor aproximación a los hogares de alta vulnerabilidad que la que se obtiene por medio de la típica caracterización en función de la insuficiencia de ingresos. El mapa de concentración del riesgo de exclusión social (Marquez, et al., 2019), que define un índice a partir de información censal como déficit en tenencia de heladera, hacinamiento (tres o más personas por cuarto), déficit en tenencia de teléfono, déficit en tenencia de baño, en acceso a red cloacal o tenencia de cámara séptica, desocupación o inactividad del jefe/a de hogar, déficit de tipo de vivienda y tenencia de agua dentro de la vivienda, nivel educativo de la madre o principal responsable de los niños, cantidad de niños de 0 a 17 años en el hogar, inactividad de la madre o principal responsable de los niños. El mapa de vulnerabilidad sanitaria (Rosati, et al., 2020), que mide el grado en que la población local sufre de bajo acceso a servicios de salud, a partir de información como el acceso a prestaciones y servicios de salud por parte del Estado y el nivel socioeconómico de la población a partir de datos del censo 2010. El mapa de desigualdades en el territorio de la ciudad de Córdoba (Facultad de Ciencias Sociales, UNC, 2021), a partir de la combinación de diversas fuentes públicas de información y el conocimiento de los barrios de los distintos equipos de investigación, distingue los sectores de la ciudad según su nivel socioeconómico (NSE).
Con esta nueva edición del censo, en un período en donde la generación de información georreferenciada de diversas fuentes ha crecido notablemente, tanto en volumen como en calidad, y el manejo de este tipo de datos por parte de los investigadores ha comenzado a generalizarse, es de esperar una sinergia muy alta y la aparición de estudios que hagan una utilización intensiva de la información censal. Esta situación decantará en una mayor y mejor producción de información secundaria que potenciará los insumos para el diseño de políticas públicas de corte territorial.
4. Consideraciones finales
Son los censos los que permiten ver en perspectiva histórica los grandes hitos demográficos de nuestro país: el rápido crecimiento entre 1869 y 1914, la disminución de la fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, el aporte de la inmigración europea y la creciente importancia de la inmigración regional, así como también los desplazamientos internos y el proceso de urbanización.
Hayan sido con objetivos de recaudación impositiva, de levas militares, de control, de orientar la acción o de difusión, los censos han sido, en la historia de la humanidad, instrumentos del Estado al servicio de intereses de la época. El aporte de investigadores e investigadoras sociales conduce a ampliar los aspectos que se relevan y a poner en evidencia grupos y procesos sociales que, de no indagarse, permanecerían invisibles en la imagen de la sociedad. Sin duda, quedan otros aspectos sin relevar por vía censal, en parte por razones técnicas, como la brevedad que requiere o su periodicidad, y en parte también porque aún no se ha logrado poner en agenda pública.
Es tarea de la investigación social, además, la de profundizar la interpretación de los resultados, a la luz de marcos teóricos que se actualizan, lo que va permitiendo que los datos censales se transformen en conocimiento valioso para la toma de decisiones políticas.
* Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública (IIFAP), Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba.
** Centro de Estudios Avanzados (CEA), Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba.
Referencias bibliográficas
De Grande, P.; Salvia, A. (2019). Estratificación y desigualdad social, 2010. Recuperado el 29 de abril, 2022, de https://mapa.poblaciones.org/map/7101
Gasparini, L.; Gluzmann, P.; Tornarolli, L.; Díaz Langou Gala Florito, J.; della Paolera, C.; Tuñón I.; Márquez A. (2020). Pobreza crónica. Recuperado el 29 de abril, 2022, de https://mapa.poblaciones.org/map/42901
Márquez, A.; Tuñón, I.; Salvia, A. (2019). Riesgo de exclusión social, 2010. Recuperado el 29 de abril, 2022, de https://mapa.poblaciones.org/map/8401
Massey DS. (2016). Residential Segregation is the Linchpin of Racial Stratification. City & Community. 15(1):4-7. doi:10.1111/cico.12145
Rosati, G.; Olego, T.; Vazquez Brust, H. (2020). Vulnerabilidad sanitaria 2010-2018. Recuperado el 29 de abril, 2022, de https://mapa.poblaciones.org/map/19501
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (2021). Córdoba capital: las desigualdades en el territorio, de https://rdu.unc.edu.ar/handle/11086/20553
[1] Para desactivar la polémica, se decidió incorporar la siguiente aclaración antes de iniciar el censo en su opción digital: “Entiendo que mi documento nacional de identidad no se vinculará con la información que registraré en el Censo Digital, ni será almacenado. Autorizo que se utilice mi DNI solo para habilitarme el acceso a completar el cuestionario en nombre de todos los miembros de mi hogar.”
[2] Existen unidades administrativas y catastrales más pequeñas que los departamentos o partidos, como las pedanías o los radios urbanos, pero no son consideradas para la presentación geográfica de la información censal.
[3] https://geoservicios.indec.gov.ar/codgeo/index.php?pagina=definiciones