Los destellos de la memoria

Por Roberto Martínez (*)

Este diciembre se conmemoran 40 años de la recuperación democrática en Argentina. También, este 10 de diciembre van a asumir nuevos gobiernos a lo largo y a lo ancho del país: intendencias, gobernaciones, presidencia, congresistas. En esta coyuntura hay un elemento que trata de la negación, de la mentira y de las manipulaciones: el negacionismo. Estas nuevas-viejas formas del negacionismo de la extrema derecha, claramente pretenden hacer pasar a víctimas por farsantes, a testigos por mentirosos, a sobrevivientes del terrorismo de Estado por falsificadores. En las continuas transformaciones discursivas, el presente artículo surge de la relectura de “Temporalidades juveniles, territorio y memoria”, de Tamara Liponetzky.

I) Huellas de todas las edades, vestigios universales, corrientes de lenguas mezcladas, trazos de diferentes épocas bordean, se ramifican, en las narraciones de la memoria. Estas marcas recuperan del mundo determinados aspectos, determinados elementos que, cobijados en los núcleos claves de juventud, territorio y memoria, se encadenan para construir un relato. En este universo las palabras (re)construyen los espacios y los tiempos, las voces, los sonidos y los silencios; también resignifican a las personas, con sus horizontes, sus experiencias y expectativas. Acá el cronotopo bajtiano, da lugar a la unión de los elementos espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto. El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en espacio visible; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia1”.

La intensidad que adquiere el tiempo y el espacio en el cronotopo es la que permite que la experiencia narrativa configure una imagen del sujeto en un momento dado, a lo que se le suma lo que Bajtín denomina el momento valorativo2. En esta articulación la narración es una relación y también una experiencia del grupo; que puede ser entendida como una travesía, un encuentro, un acontecimiento que atraviesa al sujeto y lo coloca en otro lugar, lo transforma3. En el libro de Tamara es el análisis de “como los jóvenes de hoy se hacen cargo de la construcción de una memoria del pasado que no han transitado generacionalmente”.

La transformación que el relato ejerce sobre el mundo es, al mismo tiempo, la transformación que el mundo ejerce sobre el relato. Las narraciones juveniles se escriben entretejiendo fragmentos, son sus tesoros. En sus matices, tonos y ritmos, observan y reflexionan el mundo para luego articularlos en una multiplicidad admirable y amplificadora, que se esparce en toda sus narrativas. Las producciones que se realizan en el programa “Jóvenes y memorias”, radicado en el Espacio para la Memoria Campo de la Ribera, resultan provocadoras, devienen prácticas; nos recuerdan que el matiz está allí donde un sujeto despedazado, estallado, habitado por retazos de voces y experiencias de otras personas, comprende (desde diferentes lugares) un pedazo del mundo, lo cual es percibir el mundo a través de la esencia de la mirada. El Espacio para la Memoria Campo de la Ribera, es central en la investigación de Tamara. “La memoria, el horror, la educación y la transmisión se conjugan en este espacio”

La memoria como una manera constante de vivir. Cuando uno habla de la memoria está hablando de algo activo en la acción y en el comportamiento humano, no es una simple enciclopedia”, dialoga Tamara con Héctor Schmucler. Parafraseando a Simón4, Tamara mira las particularidades de los trabajos realizados en el programa desde un lugar ideológico, estético, delatando cómo mira, conllevando sus preguntas, sus inquietudes, sus dudas. Su modo de ser y estar en el tiempo

En el conjunto de los trabajos que componen el corpus de la investigación, los fragmentos y los contrapuntos de diversas historias y culturas se entrelazan. En este camino los acentos, los colores, los tonos teñidos con los reflejos de la vida se multiplican; permitiendo a las palabras destellar, transmitirse, avanzar en lo que se selecciona para narrar, “para atravesar contextos diversos”.

Al terminar la lectura de “Temporalidades juveniles, territorio y memoria” siento que sus páginas contienen más de lo que dicen, además de palabras, imágenes y sonidos hay algo más ahí. Algo en donde sutilmente se reúnen subjetividades, memorias, recuerdos, esperanzas, sueños, imágenes que tienen la capacidad de alterarnos el equilibrio. De tras/pasar con la narración, como sostiene Tamara, el legado de una generación a la siguiente, como un puente entre los que están y los que llegan.

II) Otra de las aristas que surgen de la lectura del libro es la de prácticas constituidas tanto por la precisión de los datos históricos, como por la simpleza de lo cotidiano y las tensiones entre objetividades y subjetividades, entre testimonios orales y pruebas escritas. Aquí las diferentes voces ensayan modos en donde los diferentes lenguajes fluctúan entre el sentido codificado y sus deslizamientos, agrietando la linealidad del significado sin violentarlo; es decir, enuncian liberando a los significantes de los significados arbitrariamente atribuidos por los mandatos de la historia. Jóvenes y memoria, ayudan a las palabras a escapar de la cerrazón del discurso hegemónico. Tamara reconoce a la juventud como enunciadora de la memoria y nos permite anudar la temporalidad de sus vidas a ese “gran tiempo que muchas veces los interpela desde el pasado, los proyecta hacia el futuro, pero desconoce la dimensión singular de su presente”.

El trabajo de Tamara me permite una reflexión: las estrategias narrativas se fundan en la creencia de las palabras y sus memorias, en las relaciones que se entrelazan entre los sujetos y sus entornos, en entender a las lenguas y las culturas como circulaciones espacios-temporales. A cuarenta años de la recuperación democrática en Argentina, es en el relato donde mujeres y hombres, en el destino más elemental, dan batalla, complejizan los significados, rasgan pequeños retazos de verdad que vislumbran imágenes veladas, sonidos empañados, aromas ocultos, fricciones trabadas, palabras coaguladas. Bocanadas de lenguaje, imprescindibles, perturbadoras y liberadoras, ponen a la lengua en estado de tensión, la ubican como núcleo irradiador de sentidos por el cual la memoria se posibilita y es.

Para finalizar, es la pedagogía de la memoria una posible clave de lectura de este libro, “Temporalidades juveniles, territorio y memoria” . Una clave en construcción permanente, que no tiene necesariamente que ver con prácticas escolarizantes, sino con una mirada más amplia, posicionada y comprometida. Una clave que se construye colectivamente desde algunas categorías de la educación popular, de la historización en un marco de rupturas y continuidades, de la comprensión del pasado desde las urgencias, reclamos, luchas y sueños del presente. La pedagogía de la memoria se vincula fuertemente al reparto de lo sensible y al amor. Y a entender que tenemos memoria de que no tenemos respuestas, en donde la felicidad es poder interrogarnos.

(*) Nodocente de la Facultad de Ciencias de Sociales (FCS) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).


1 Bajtín, Mijail (1989). “Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos de poéticas históricas”. En teoría y estética de la novela. Madrid: Taurus.

2 Vaggione, Alicia (2013). “Escrituras sobre sida en América Latina”. Córdoba: Editorial del Centro de Estudios Avanzados.

3Boero, María Soledad (2013). “Trazos impersonales. Indagaciones en torno a lo heterobiográfico en Jorge Baron Biza y Carlos Correas”. Córdoba: Tesis Doctorado en Semiótica CEA – UNC.

4 Simón, Gabriela (2010). “Las semiologías de Barthes”. Córdoba: Alción Editora.


Bibliografía

Bajtín, Mijail (1989). “Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos de poéticas históricas”. En teoría y estética de la novela. Madrid: Taurus.

Boero, María Soledad (2013). “Trazos impersonales. Indagaciones en torno a lo heterobiográfico en Jorge Baron Biza y Carlos Correas”. Córdoba: Tesis Doctorado en Semiótica CEA – UNC

Liponetzky, Tamara (2018). “Temporalidades juveniles, territorio y memoria. El programa Jóvenes y memoria en Córdoba”. CABA: Grupo Editor Universitario.

Simón, Gabriela (2010). “Las semiologías de Barthes”. Córdoba: Alción Editora.

Vaggione, Alicia (2013). “Escrituras sobre sida en América Latina”. Córdoba: Editorial del Centro de Estudios Avanzados.

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