Por Laura Daniela León Tibaquirá (*) y Mario Hernán López Becerra (**)
¿Qué papel han tenido las y los jóvenes y estudiantes en los procesos de movilización social en Colombia en el siglo XXI?. Con el objetivo de mostrar el itinerario de estos actores, el artículo se apoya en los grandes hechos que fueron marcando el devenir político, económico y social de ese país. Desde las movilizaciones de 2016 hasta las manifestaciones masivas del año pasado, “encabezadas por jóvenes de múltiples orígenes y procedencias”. A juicio de Laura Daniela León Tibaquirá y Mario Hernán López Becerra, de esas jornadas de 2021 “nacería un giro político y electoral sin antecedentes en la historia reciente del país; la llegada de un nuevo gobierno traería una segunda oportunidad para los acuerdos de paz y para la búsqueda de una salida negociada al largo y doloroso conflicto armado en Colombia”.
Con los diálogos para la paz y la firma de acuerdos en Colombia entre el gobierno de Juan Manuel Santos y un sector de la insurgencia armada, en el año 2016, el país acarició la posibilidad de cerrar un ciclo de violencias directas, cuyo origen próximo se suele ubicar en la mitad del siglo XX.
La confrontación armada más reciente ha enfrentado a grupos guerrilleros, organizaciones paramilitares y fuerzas armadas estatales. Algunos investigadores como Gutiérrez (2020) han presentado la disputa armada entre guerrillas y paramilitares como el segundo ciclo de la guerra en el país, luego de la llamada violencia política de medio siglo. La magnitud de los daños humanitarios producidos por las violencias sigue siendo materia de investigación y debate: en un número aproximado, las víctimas en Colombia rondan los nueve millones de personas, reportadas en el registro oficial realizado a partir de 1985. Como parte de los recientes acuerdos de paz, se creó un sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, en cuyos informes finales y procesos judiciales se revelan incrementos en las cifras oficiales de víctimas, dando cuenta de los impactos de una larga confrontación interna que adquiere dimensiones inéditas en el mundo.
Luego de la firma de los acuerdos diseñados originalmente para alcanzar una paz estable y duradera, se generó una esperanza transicional (Castillejo, 2017) que ha tomado varias direcciones con distintos alcances. Una de ellas ha sido la territorialización del conflicto armado, con la presencia de numerosos grupos que disputan el control de economías legales e ilegales. La otra dirección ha sido la activación de la contestación social y política, en especial la presencia masiva de la juventud en las protestas recientes.
Desde la década de los años setenta, la protesta social ha sido criminalizada por los gobiernos y también ha pretendido ser apropiada por las insurgencias armadas. Las movilizaciones sociales han quedado atrapadas entre la deslegitimación a través de su estigmatización por parte de agentes estatales -al ser asociadas, mediante estrategias propagandísticas, con la acción armada ilegal- y, en el otro extremo, por el intento de apropiación ideológica y su uso como instrumento de lucha por parte de los actores armados ilegales. Las estrategias de criminalización y apropiación dieron como resultado la asociación de las luchas sociales con el enemigo interno, así como el intento de explotación ideológica por parte de sectores radicalizados y en armas.
En el contexto creado con la firma de los acuerdos de paz en el año 2016, se activó un proceso político transicional con expresiones sociales y culturales que tiene como protagonista a jóvenes que marchan por las calles con demandas de justicia social, cambio político y construcción de paces.
Como se presenta a continuación, la movilización estudiantil es el proceso de expresión colectiva de los jóvenes más incidente y sugestivo del siglo XXI. Con él, se puso en evidencia una fuerza telúrica atrapada por décadas entre miedos y luchas de sobrevivencia cotidiana.
Movilización social estudiantil 2016-2021
La firma del acuerdo de paz se ha convertido en un punto de referencia simbólico para abordar los procesos de contestación social en Colombia. La reelección del presidente Juan Manuel Santos en el 2014 no solo fue la expresión electoral de un sector de la sociedad empeñado en buscar paz política y social; también reactivó consignas estudiantiles que habían quedado opacadas por otras urgencias nacionales: entre otras, la no privatización de la universidad pública y el cierre de las brechas de acceso a la educación superior. Al mismo tiempo que se discutía una salida política al conflicto armado, el país entró en un período de movilizaciones estudiantiles, protestas sociales y sindicales, que se prolongará hasta el 2021.
Un primer momento de movilizaciones estudiantiles se presentó en febrero del 2016, motivado por el anuncio de reformas a los programas académicos de licenciaturas. Este anuncio de reforma trajo de la mano un debate nacional sobre la calidad de la educación superior, básica y media. En marzo del mismo año, los colombianos volvieron a movilizarse en contra de las políticas neoliberales del gobierno nacional. Según el periódico El País (2016), 2,5 millones de ciudadanos salieron a las calles a pedir el reajuste del salario mínimo, a protestar contra la corrupción, a demandar la renegociación de los tratados de libre comercio, a exigir la dignificación del campo, a defender la educación pública, a protestar contra la reforma tributaria y a denunciar los asesinatos de líderes sociales.
Un nuevo gobierno con políticas de derecha se posesionó en el año 2018 y, como lo había prometido en la campaña presidencial, modificó la ruta institucional en materia de implementación de los acuerdos de paz. Tras la posesión de un gobierno crítico de los contenidos y compromisos alcanzados entre la administración de Juan Manuel Santos y un sector de las guerrillas, se profundizó la polarización y crispación social. En este marco, el movimiento estudiantil definió una línea de oposición rotunda a las políticas puestas en marcha.
El paro nacional universitario del 2018 es un hito en la acción política de los jóvenes en el país: fueron cerca de cuatro meses de protestas en las cuales se demandaban, entre otros asuntos, nuevos recursos para las universidades y las instituciones técnicas y tecnológicas en el presupuesto general de la nación, así como mayores acciones para cubrir el déficit presupuestal de la educación superior, que llegaba a los 18 billones de pesos. Las protestas condujeron a un acuerdo firmado el 15 de diciembre de ese mismo año, en el cual se consignaron compromisos presupuestales de hasta 5 billones de pesos para ampliar los presupuestos de las universidades en los años siguientes, así como compromisos de revisión y reforma legislativa de la ley general de educación superior, entre otros (Acta de Acuerdo Mesa de Diálogo para la Construcción de Acuerdos para la Educación Superior Pública, 2018).
Probablemente fueron la indignación, la rabia y otras emociones tristes (García, 2020) los motores que impulsaron una nueva ola de movilizaciones en 2019. Esta vez los movimientos sociales, estudiantiles y juveniles se articularon para protestar en contra del paquetazo neoliberal de Duque1. Las movilizaciones se llevaron a cabo entre el 21 de noviembre y el 4 de diciembre del 2021, fueron auspiciadas por el CNP2 por una parte y principalmente por los jóvenes, quienes atravesados por el miedo y la indignación que generaba un Estado represivo3, tomaron la batuta de la exigencia del cambio en el país (Universidad del Rosario y Fundación Ideas para la Paz, 2021). Fue así como los jóvenes empezaron a liderar movilizaciones y a generar estrategias de comunicación con la población en las calles, en los barrios y en las aulas de clase.
Las respuestas del gobierno involucraron la persecución a líderes sociales y la represión policial a los manifestantes. Las movilizaciones que surgieron como resultado de ese paro cívico no cesaron, aunque, como se mencionará en seguida, se vieron obstaculizadas por la pandemia generada por el virus Covid-19.
Las medidas de confinamiento obligatorio generaron impactos socioeconómicos especialmente severos sobre los colombianos, quienes en su mayoría trabajan en la informalidad. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE, 2020) el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) para el año 2020 fue de 18,1%4. Esto, sumado al incremento de precios de los alimentos, fueron acrecentando la indignación frente a la incompetencia de las acciones tomadas por el gobierno nacional. Algunos ciudadanos salieron a las calles con banderas rojas como símbolo del desamparo y como demanda de una renta básica, de alimentos y de ayudas urgentes del gobierno.
El asesinato de un abogado en Bogotá por parte de agentes de la Policía Nacional, impulsó un nuevo período de movilizaciones, en las cuales los jóvenes fueron los motores sociales de la indignación. Desplegadas a lo largo y ancho del país se dieron en el marco de acciones de confrontación directa entre manifestantes y fuerzas armadas del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) (Universidad del Rosario y Fundación Ideas para la Paz, 2021). Esta conflictividad puso en evidencia la visión sesgada de la protesta por parte de las fuerzas armadas como una acción del enemigo interno, siendo los ciudadanos, la gente del común, ese enemigo. Estas jornadas de movilización no duraron mucho tiempo.
Si bien las manifestaciones masivas de finales de 2019 y principios de 2020 expresaron la profunda insatisfacción de los colombianos (CIDSE, 2021), éstas tuvieron largas pausas en razón a las medidas sanitarias tomadas durante la pandemia.
La indignación y la rabia motivadas por una reforma tributaria de origen gubernamental, propuesta en medio de la crisis impulsada por los estragos socioeconómicos de la pandemia, se vieron de nuevo en las calles en 2021. Según Salamanca (2021), siendo aparentemente un hecho coyuntural, el nuevo paro nacional fue el reflejo de décadas de violencia, de intentos fallidos de construcción de paz, de desigualdad e injusticia social. Las movilizaciones realizadas no sólo denunciaron la incapacidad política del gobierno, también pusieron en evidencia el impacto de las acciones represivas contra la protesta. (Universidad Externado de Colombia, 2021).
En este marco, estudiantes, trabajadores y maestros salieron a las calles a pedir la renuncia del gobierno y el desmonte de las reformas de las pensiones, laboral, tributaria, entre otras, que precarizaban las condiciones de vida. De estas jornadas de movilizaciones encabezadas por jóvenes de múltiples orígenes y procedencias, nacería un giro político y electoral sin antecedentes en la historia reciente del país; la llegada de un nuevo gobierno traería una segunda oportunidad para los acuerdos de paz y para la búsqueda de una salida negociada al largo y doloroso conflicto armado en Colombia.
En el último lustro, el período que se ha denominado convencionalmente como posacuerdo ha estado caracterizado por contrastes, rupturas y continuidades. Al mismo tiempo que en algunos territorios se intensifica la confrontación armada, en otros se crean condiciones para el despliegue de capacidades políticas por parte de jóvenes empeñados en pasar la página de la guerra.
(*) Estudiante de Sociología e investigadora en la Universidad de Caldas (Colombia). Representante estudiantil en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Activista feminista.
(**) Docente de la Universidad de Caldas (Colombia), Magister en Gestión Ambiental, Doctorado en Paz, Conflictos y Democracia y Posdoctorado en Ciencias Sociales, con énfasis en niñez y juventud.
1 Se denominó paquetazo neoliberal de Duque a una serie de reformas (laboral, pensional, tributaria) que buscaban privatizar algunas empresas públicas del país y flexibilizar aún más las condiciones laborales de los trabajadores, entre otras medidas. A esto se suman una serie de proyectos que atentaban contra la democracia, la paz y la libre expresión en el país.
2 Comité Nacional de Paro.
3 Cabe resaltar que, en este contexto, Colombia atravesaba una época de violencia en la que primaba la reactivación del paramilitarismo, el asesinato a líderes sociales y las masacres.
4 Esta cifra superó en seis puntos porcentuales la cifra de 2019.
Referencias bibliográficas:
Castillejo, A. (2017). La ilusión de la justicia transicional: perspectivas críticas desde el sur global. Universidad de Los Andes. Bogotá.
CIDSE (2021). Pensar la resistencia: mayo 2021 en Cali y Colombia. Documentos especiales CIDSE N. 6. Universidad del Valle. Cali, Colombia.
DANE (2020). Índice de Pobreza Multidimensional. Bogotá, Colombia. URL: https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/pobreza-y-condiciones-de-vida/pobreza-multidimensional
García (2020). El país de las emociones tristes: una explicación de los pensares de Colombia desde las emociones, las furias y los odios. Editorial Planeta Colombia S.A. Bogotá, Colombia.
Gutiérrez, F. (2020) ¿Un nuevo ciclo de la guerra en Colombia? Penguin Random House. Debate. Bogotá.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL (2018). ACTA DE ACUERDO. MESA DE DIÁLOGO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE ACUERDOS PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICA. BOGOTÁ, COLOMBIA. URL: https://www.mineducacion.gov.co/1759/articles-379966_recurso_4.pdf
ORAC (2017). Formas de la protesta en Colombia durante 2017.Boletín número 1. Universidad del Rosario. Facultad de Ciencia Política. Bogotá, Colombia. URL: https://www.urosario.edu.co/Documentos/Facultad-de-Ciencia-Politica-Gobierno-y-Relacione/Observatorios/ORAC/Boletin-Formas-de-protesta.pdf
Salamanca, R (2021). Sobre el Paro Nacional en Colombia 2021.. Bogotá, Colombia. URL: https://www.uexternado.edu.co/ciencias-sociales-y-humanas/sobre-el-paro-nacional-en-colombia-2021/
Universidad del Rosario y Fundación Ideas para la Paz (2021). El paro nacional y la movilización social en Colombia: ¿Cómo llegamos hasta aquí y qué puede venir? Notas de Estabilización 04. Bogotá, Colombia. URL: https://multimedia.ideaspaz.org/media/website/nota_estabilizacion04_movilizacionFIP.pdf
Webgrafía (Notas periodísticas):
El País (2016). Paro nacional 2016: Colombia protesta contra la política económica de Santos. Artículo escrito por Javier Lafuente. URL: https://elpais.com/internacional/2016/03/17/america/1458205488_343262.html
TROCHANDO SIN FRONTERAS (2016). ¿Paro de estudiantes, trabajadores y profesores en la UPTC?. URL: https://trochandosinfronteras.info/paro-estudiantes-trabajadores-profesores-la-uptc/