Por Nicolás Giménez Venezia (*) (**)
La discusión pública sobre lxs jóvenes y sus preocupaciones, sobre lo que deberían preocuparse y cómo lo hacen, dan cuenta de un conjunto de discursos y de itinerarios que no tienen precisamente a lxs jóvenes como protagonistas. Por ello, en este dossier de CDC se decidió disponer de un espacio de intercambio y visibilización de voces jóvenes que participan y construyen desde espacios que reconocen como propios y necesarios para el hacer. En particular, de jóvenes que están organizadxs en partidos políticos en Córdoba1.
La entrevista se organizó en varias instancias. La primera enfocada en conocer a lxs jóvenes que participaron. En una segunda instancia se abordaron los temas o problemas que definieron como prioritarios. En la tercera se identificaron los lugares que ocupan en las listas. Una cuarta, donde se les propone un debate en torno al lugar de la participación de jóvenes en la definición de las agendas. Por falta de tiempo no pudo abordarse la idea de acciones2.
1. Jóvenes que participan en espacios partidarios.
En primer término, se les pidió a lxs participantes que, a los fines de conocerse, se presentarán y compartieran -si deseaban- algún hecho, situación o recuerdo de su primera experiencia militante3.
Celeste Lemos: Mi nombre es Celeste, soy vicepresidenta de la Junta Provincial de la Juventud del Frente Cívico, el partido que encabeza Luis Juez, por el que es candidato. Tengo 26 años, soy mamá. Estudio Ciencia Política en la Universidad de Villa María (UNVM), en la sede Córdoba, estoy en segundo año. En cuanto al recuerdo, lo tengo muy grabado, porque refiere a una de las experiencias que me marcaron para empezar a militar. En la secundaria siempre me gustó participar en el Centro de Estudiantes, en quinto año ya era presidenta del Centro de mi colegio. Y mi viejo ya militaba con Luis Juez. Una vez nos llevaron a hacer un Día del Niño -actualmente Día de la Niñez y las Infancias-, y nos preguntaron a mí y a mi hermana si nos podíamos vestir de payasos. Y ese día me marcó, porque fue una repetición de todo lo que venía pensando, de lo que me gustaba ver en la sociedad, una tarde espectacular. No sólo lo disfruté con mis hermanas y mi familia, sino con los vecinos. Ese es mi recuerdo acerca de por qué empecé y por qué lo hice en ese partido, más allá de que mis viejos ya venían militando y tenían esa convicción. Obviamente que después a la convicción y a los ideales los sostuve de otras maneras, pero estar ahí fue un hecho que me marcó, presenciar ese momento, jugar con chicos, también hablar con los padres, escuchar sus problemáticas. Fue una conexión que tal vez en la secundaria no se daba y que sí la obtuve en la militancia, y por eso empecé. Y con respecto a los ejes o problemas prioritarios, desde la Juventud del Frente Cívico hace un año y medio hicimos un diagnóstico. Nos dividimos en áreas y el diagnóstico lo hicieron los chicos a cargo de la formación: hicieron una gran tarea, que fue visibilizar a través de una encuesta qué ejes o problemáticas en la actualidad les llegaban a los jóvenes. Y esa encuesta nos arrojó cinco: seguridad y justicia; empleo joven; educación; salud y discapacidad; ambiente y animales. Esos fueron los cinco ejes, los cuales nos abocamos a trabajar.
Tomás Casañas Lerner: Mi nombre es Tomás, tengo 26 años. Estudio Derecho y soy vicepresidente de la Junta Capital del Frente Cívico. Soy delegado de la juventud en la estructura de mayores. Me estoy desempeñando hace un año como Director por la minoría en BioCórdoba, el ente ambiental municipal que está a cargo del Parque de la Biodiversidad, de la Reserva San Martín, del Parque Sarmiento y los centros de castraciones. Compartimos el diagnóstico, que fue un trabajo que hicimos durante dos años. Y lo concretamos con una presentación de propuestas para la campaña virtual.
Me cuesta pensar en la primera experiencia militante porque fueron varias, distintas situaciones que me hicieron rescatar animales en situación de maltrato -perros, gatos, incluso maltratos que se daban en peleas de perros o riñas de gallos-. Y todo eso se terminó cristalizando en una vocación política cuando aprendí sobre derecho y protección de los animales. Por ese lado también ingreso a estudiar Derecho. Terminé como de cerrar una idea que me venía dando vueltas, acerca de que el trabajo de la sociedad civil muchas veces tiene un techo para la transformación de esas problemáticas. Y ahí fue cuando dije: “me quiero meter en política y quiero cambiar un montón de cosas, porque sé que hay mucha gente que también lo quiere hacer. Entonces es cuestión de encontrarnos y organizarnos”.
Luis Sánchez: Mi nombre es Luis Sánchez, tengo 30 años. Estoy terminando un Doctorado en Ciencia Política. Mi primera experiencia como militante fue trabajar en una organización de la sociedad civil que se llama “Red Nuestra Córdoba”, que se encarga fundamentalmente de controlar las cuentas públicas de la municipalidad. Y también de hacer un monitoreo de los distintos espacios, de la revisión de cuentas de la municipalidad. Y mi experiencia en la militancia partidaria comenzó cuando atravesé los años del macrismo. Ahí particularmente tomé la decisión de salir de la organización de la sociedad civil para dar un paso a un espacio partidario, pensando que la incidencia en políticas públicas podría ser un poco más fuerte a través de un involucramiento partidario y desde una concepción ideológica que -me parecía- tenía que darse. Desde ese momento tengo el análisis de que los partidos políticos en una estructura democrática pueden tener más incidencia. Y tomé la decisión de comenzar a militar en “Más Democracia”, que es un espacio kirchnerista nacional y popular. Después nos fuimos haciendo un camino y nos integramos al Partido Humanista, para unir propuestas distintas en el marco de las elecciones.
Eugenia Scarpinello: Mi nombre es Eugenia Scarpinello, soy abogada, recibida hace diez años. También soy escribana, especialista en derecho constitucional y en derechos humanos, voy a terminar mi doctorado en Estudios Internacionales, formo parte del Partido Humanista. Llevo causas indígenas, causas contra BioCórdoba, un amparo contra el zoológico, causas animalistas y ambientalistas, causas de género, causas de todos aquellos que no puedan costearse un abogado, al menos en Córdoba. Militancia no tuve, simplemente me involucré en el Partido. Y me afilié porque vale la pena. Vengo de una familia partida, mitad justicialista y mitad radical. Y de una familia que, a la vez, es muy política, pero donde la política resulta un tabú, porque mi padre fue preso político y casi pierde la vida. Y la familia, ante eso, también se guardó y rechazó la política, porque puede pasarte algo malo. Formé parte del Centro de Estudiantes en un colegio de monjas ultraconservador, desde chica fui de las malas. A la política la veo de una forma práctica: afiliarme a un partido que postula ideas claras, concisas, pero se aleja de los tradicionales. Las ideas que proponemos son las de humanizar: la justicia, los sindicatos y la policía. Es una tarea titánica. De la mano de humanizar hay que democratizar, y que incluso el político, el electo y el juez rindan cuentas. ¿A quién? Al pueblo. Además, es necesario eliminar la represión en la juventud. No hay una manifestación en la que participe como abogada y que la policía no nos rodee, nos pida datos. Otro punto importante es el animal-ambientalista. La visión de nuestra juventud es sobre derechos de los animales como seres sintientes, los vemos desde esa perspectiva. También la salud mental, los derechos de las personas que tienen distintos padecimientos, es necesario poner un rostro humano a la atención y comprensión de estas personas. La cuestión del trabajo, desde una concepción cooperativa, poniendo en el eje del mismo a las madres, que llevan el pan de cada día y no dejan de proteger a sus niños, a las madres que no tienen tanto tiempo porque se ocupan de problemas personales de las niñas y niños, a las madres jóvenes que están solas -no sólo por parte del Estado, sino también de la sociedad-, sin redes de contención. De ahí derivan las otras propuestas. La justicia tiene que adaptarse a la perspectiva de la persona que está haciendo peticiones: pueblos originarios, disidencias sexuales, personas vulnerables, mujeres, madres. Es impresionante el sesgo de la justicia en las madres. Si tenés tatuajes y vas a pedir una cuota alimentaria, sos una mala madre. Lo que proponemos es humanizar la policía, la justicia, los gremios, desde una perspectiva consciente. ¿Por qué hablar con una jefa de policía es tan lejano, tan imposible, para un ciudadano?.
Santiago Amuchastegui: Soy Santiago Amuchastegui, tengo 21 años, estudio Comunicación en la UNC. Formo parte del PJ. También formo parte de Hacemos Unidos Por Córdoba. Lo que me llevó a militar fue un hecho de injusticia que sucedió en el colegio al que asistía y, junto a otra gente, eso nos llevó a formar el primer Centro de Estudiantes. Después hubo varios hechos que me llevaron a formarme y militar políticamente -y también partidariamente-, pero lo que me incentivó fueron los hechos de injusticia que se estaban viviendo en el colegio. Dentro de las problemáticas, lo que planteamos es participación juvenil, ambiente, representatividad y visibilidad en género, tecnología y apoyo a la economía naranja. Son hechos que realmente nos están atravesando y, en una encuesta que hemos realizado con jóvenes, son muy sobresalientes.
Belén Brusa: Mi nombre es Belén Brusa, tengo 25 años y estudió Abogacía en la Facultad de Derecho. Soy militante del PJ y actualmente soy Secretaria de Géneros de la JP en Córdoba capital, también formo parte de la coalición Hacemos Juntos por Córdoba.
Lautaro Allassia: Soy Lautaro y tengo 23 años. Estudio Abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba. Soy militante del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), parte del Frente de Izquierda Unidad. Mi primer vuelco a la política fue de manera individual, en 2017, contra el fallo por el 2×1 a los genocidas, que fue una movilización que nos atravesó a todos. Me encontró en las calles luchando por los derechos humanos, entendiendo que es una lucha de ayer que se tiene que trasladar al presente, la tenemos que dar todos los días; en democracia también hay que pelear por los desaparecidos, por los derechos básicos. Después se profundizó ese vuelco a la política defendiendo las jubilaciones ese mismo año. Y, ya en 2018, ingreso a la Universidad Nacional de Córdoba y desde ese momento encuentro en la izquierda, en el MST, un espacio político para poder motorizar estas ideas y proyectos, comprendiendo que el trabajo en lo político también se puede hacer de manera colectiva, de manera democrática, participativa, con programas de ideas claras, sin caer en partidos tradicionales que nos habían traído hasta el lugar que nos movilizaba. Me preocupó desde el secundario también la crisis climática y encontrarme con que, en los más diversos planes de gobierno, hubo extractivismo y represión. Me sentía un poco desesperanzado y encontré en la izquierda el espacio para poder organizarme, laburando en un montón de cosas que nos parecen urgentes, pensando en cómo le podemos dar a la juventud y a todos los sectores una herramienta útil para conquistar y avanzar en sus peleas. Por eso, además, construimos el Frente Izquierda Unida, pues desde la unidad se pueden lograr avances, con un programa claro en contra de los principales pilares de un mismo sistema, que es capitalista, extractivista, profundamente anti seres humanos. Queremos ver cómo dar vuelta el beneficio para las mayorías.
Y si pensamos qué problemas hay que resolver en la juventud cordobesa, qué cosas nos urge poder ir discutiendo, creo que tenemos una profunda crisis de expectativas, el desamparo por los políticos tradicionales y las políticas históricas genera desesperanza, al pensar la dura realidad a la que nos tenemos que conformar y ante la cual -parece- no se puede hacer nada. Creemos que no es así y que hay que brindar herramientas para la participación, la movilización, la organización y para conquistar mejoras reales en la calidad de vida de la juventud. La cuestión socioambiental también es una preocupación: negar el cambio climático, el calentamiento global, la destrucción ambiental y las consecuencias que impactan en la vida cotidiana, en nuestra salud y entorno, sería de una miopía gigantesca. Y necesitamos políticas ya, un freno de emergencia, no planes a 20 años. Hace falta un freno de emergencia en la línea que vienen aplicando los distintos gobiernos; que las comunidades, los pueblos, puedan ser partícipes de este nuevo plan de emergencia que necesitamos para salvaguardar nuestro derecho a un ambiente sano, para salvaguardar el planeta en el que vivimos y, sobre todo, el territorio provincial, que viene muy devastado.
Como parte de esta dura realidad, la juventud -por más que haya esta crisis de expectativas- no se guarda en su casa y no mantiene la cabeza gacha, sino que se planta en la calle, sale a reclamar, alza su voz, trata de recuperar lo que se le viene arrebatando y conquistar lo que cree que le corresponde. Y en eso la cuestión de la violencia institucional, la represión y la persecución es clave. Es decir, el status quo en la provincia no se puede mantener si no es atacando a quienes se movilizan en contra de esta realidad, eso se expresa en la corrupción dentro de la policía, en la represión en las movilizaciones, en la persecución a través de los fallos antidemocráticos que se dan en la justicia de Córdoba, que tratan de guardar a la gente en la casa, cuando en realidad sale a la calle no por deporte, sino por exigir lo que corresponde.
Y un quinto problema, que también tiene que ver con la participación y representación real que tenemos, es que las voces tengan un peso vinculante para cambiar esta realidad, un canal de participación, un punto para motorizar sus preocupaciones y lograr cambios efectivos, y que no se nos imponga desde arriba una bajada de línea o una lectura de la sociedad, sino que hay que ofrecer canales y herramientas a esta juventud para poder transformar. Pensando en estos 5 ejes, no se puede imaginar una salida para uno en particular si no es con una política pública integral, que dé respuesta en serio a los problemas de la juventud.
Ornella Romero: Yo soy Orne Romero, tengo 22 años, participo en la rama estudiantil del Frente Patria Grande, y también trabajo en el territorio. Mi primer recuerdo militante es vinculada a la lucha contra el gatillo fácil, eso me hizo pensar a la política como una herramienta transformadora para cambiar las cosas. Con Coty pensamos cinco problemáticas, aunque sabemos que nos quedamos cortas, pero entendemos que la base es la desigualdad, una desigualdad en la posibilidad de construir un proyecto de vida. Las juventudes nos vemos con grandes dificultades de proyección, incluso para pensarnos en el presente. A partir de allí tratamos de sacar cinco ejes vinculados a las problemáticas más fuertes.
Constanza San Pedro: Bueno, soy Coty, también de Patria Grande. Tengo 33 años y milito hace bastante tiempo. Pensar en la juventud implica desglosar un poco de qué hablamos cuando hablamos de jóvenes, porque sería equivocado pensarlo solamente como una franja etaria, desconociendo las múltiples desigualdades que existen en nuestro país, que están atravesadas por la clase, por las cuestiones de género; es difícil pensar en qué ejes priorizar si no asumimos está caracterización múltiple y heterogénea de la juventud.
Aquello que efectivamente me llevó a involucrarme políticamente, pensar en la disputa del Estado desde la organización o el movimiento del cual provengo, fue haber militado en Ciudad Oculta, un barrio popular cerca de Juárez Celman y haber vivido la profunda desigualdad, el abandono y el olvido de esas familias, mujeres de la misma edad mía que tenían cinco chicos; o que cuando había un conflicto, se resolvía yendo a pegarle un tiro a otra persona. En ese contexto, intentando ayudar, alguien me dijo: “Coty, nunca vas a entender, porque tu vida importa y la mía no”. Y pensé entonces que allí había algo que estaba muy mal, desde la vuelta en democracia hasta la actualidad, y que tenía que convocarnos a transformarnos.
Los cinco puntos que habíamos pensando tienen que ver, en primer término, con la continuidad educativa -principalmente en la escuela secundaria- y los problemas asociados a la deserción escolar, algo que se extiende también a quienes acceden a la universidad o a otros espacios de formación. Eso vinculado a la imposibilidad de acceso al trabajo, que para la juventud es profundamente precarizado, por lo cual no se plantea un horizonte de posibilidades para los jóvenes, es una situación compleja. También hay que hablar de la accesibilidad a una vivienda: la construcción o el alquiler son imposibles, y eso también te desesperanza. Las cuestiones vinculadas a la salud -como educación sexual integral, violencia en el noviazgo, acceso a métodos anticonceptivos, etc-. Y también algo que está siendo objeto de muchísima preocupación, que es el consumo de drogas, un problema que sobre todo en los barrios populares está siendo muy difícil de abordar, porque el Estado no está dando atención primaria ni acompañamiento frente a situaciones de consumo. Y después, por supuesto, la violencia institucional-policial, que afecta sobre todo a los sectores populares.
Y en relación a lo que decía Lautaro, otro tema es la representación política joven, que hoy viene siendo escasa. Y eso genera que estos problemas, urgentes para muchos, no sean abordados. En la Legislatura provincial, de los 70 legisladores solamente 7 nacieron en democracia, es tremendo; no se trata de desconocer la experiencia ni la importancia de que estén construyendo y trabajando proyectos importantes, pero si no está habiendo una interpelación a que les jóvenes sean protagonistas de ese futuro, entonces no podemos tampoco discutir qué queremos en nuestro horizonte.
2. El lugar que lxs jóvenes ocupan en las listas.
Uno de los ejes dialogados fue qué lugares ocupaban lxs jóvenes en las listas presentadas para las próximas elecciones provinciales. Si bien hay algunas excepciones, hubo un acuerdo con respecto a que, aunque muchas de las decisiones apuntan a públicos jóvenes, las estructuras no necesariamente reflejan lo mismo a través de su presencia.
Tomás Casañas Lerner: Somos suplentes, estamos al fondo de la lista. Está la presidenta de la Juventud Radical (JR), en el puesto 21 de los 44 titulares. También hay un dirigente del PRO, que está en el puesto 33, y después hay dos candidatas radicales, en los puestos 42 y 44, y recién después estamos nosotros por el Frente Cívico. El más joven es el ex presidente de Juntos por el Cambio, Gregorio Maqueda, que tiene 32 años.
Luis Sánchez: Hay una discusión interesante con relación a lo que es el diseño institucional de Córdoba, en lo que respecta a la municipalidad y al gobierno provincial, que es la famosa cláusula de gobernabilidad, según la cual le otorgan mayorías agravadas a quien gana el Ejecutivo, por lo que a las fuerzas que pretendemos integrar la Legislatura nos anula la posibilidad de que nuestras propuestas lleguen a implementarse. Cuando una fuerza coopta el Parlamento, la pluralidad de voces -que es el sentido del mismo- se termina anulando. Entonces, por más que tengamos propuestas positivas desde cada uno de los espacios que representamos a nuestra sociedad, terminamos siendo cercenados y anulados por esa mayoría agravada que termina llegando al Poder Ejecutivo. Hay que poner esa cuestión en tela de juicio, para que se termine. Cuando participaba en la Red Ciudadana “Nuestra Córdoba”, desde el cordobesismo nos apoyaron para que interpelásemos para que esa cláusula de gobernabilidad fuese removida. En ese momento gobernaba el radicalismo en la municipalidad -o sea, Juntos por el Cambio- y obviamente había resistencias, porque eso le daba un poder para tomar decisiones al Ejecutivo, de hecho fue una escribanía. Después, cuando el cordobesismo llegó al poder, evidentemente se olvidó de ese reclamo y la cláusula de gobernabilidad de la municipalidad se mantiene intacta, mientras que a la gobernación nunca escaló. De hecho, los constitucionalistas de Córdoba plantean que debería haber una reforma en la Constitución provincial para que, justamente, el Parlamento vuelva a tener esa característica de ser la representación de múltiples voces de la sociedad. Porque, de lo contrario, cualquier tipo de política pública que tenga que ver con la realidad de los jóvenes, no se va a poder instaurar o impulsar en tanto y en cuanto no se llegue al Poder Ejecutivo. Entonces, desde mi punto de vista, esa es la primera discusión que tendríamos que dar, vinculada al diseño institucional de Córdoba. Y a partir de allí, la pluralidad de voces será posible, la democracia será algo más efectiva.
Eugenia Scarpinello: En nuestro partido y espacio tenemos candidatas jóvenes, somos tres mujeres. La segunda candidata a legisladora provincial, Antonia, tiene 22 años, es estudiante de Arqueología, y la octava candidata a legisladora es estudiante de indumentaria, con 20 años. Y yo soy candidata a legisladora por la capital, tengo 32 años, un poquito más grande.
Belén Brusa: Yo soy candidata a legisladora suplente. En nuestro espacio hay dos candidatas a legisladoras: una que está en el puesto 18 -Iliana Quaglino- y otra en el 24 -Karen Acuña-.
Lautaro Allassia: Yo no soy candidato, pero sí una compañera, que está octava en la lista del Frente de Izquierda y hace un montón de cosas con los trabajadores. Tratamos de reflejar eso, de darle cuerpo a nuestro reclamo. Si bien Luciana Echevarría es nuestra actual referenta en la Legislatura, ella no tiene más de 40 años, como para mostrar que hay una renovación política y generacional también en la izquierda.
Constanza San Pedro: Yo soy cuarta en la lista de Creo en Córdoba de Todos y también tenemos otras compañeras suplentes departamentales.
3. Problemas a abordar en Córdoba.
Luego de la presentación, se les pidió que nombraran los problemas más acuciantes y que indicaran un orden de prioridad del 1 al 5, siendo 1 el más prioritario (bajo el acuerdo -y consenso- de que todos eran problemas graves y que requerían abordaje urgente).
Ornella Romero: En relación a lo que ya mencionamos, lo primero es el trabajo; después el acceso a la vivienda y la educación. Luego la salud, la ESI y la planificación familiar. Y, por último, la represión en las calles y en el territorio.
Lautaro Allassia: Es complejo, pero las cuestiones de la precarización laboral y la pobreza son las primeras a resolver. Muy cerca, en segundo lugar, la cuestión ambiental, que también incluye la salud, el derecho a un ambiente sano en su conjunto. La cuestión de la violencia institucional y represión, en tercer lugar. Y cierro con la crisis de representación y de participación.
Belén Brusa: En primer lugar, la participación juvenil. Segundo, la representatividad y la visibilidad de género. Tercero, el ambiente, el apoyo a la economía naranja. Y, por último, la accesibilidad a la tecnología.
Luis Sánchez: Hay que derogar la cláusula de gobernabilidad. Es un gran problema, porque cada iniciativa que tenemos queda marginada. Si no ganas el Ejecutivo, -salvo que hagas una negociación o consigas una gran visibilidad mediática- no tenés forma de visibilizar una política pública. Hay que humanizar el trabajo y terminar con la represión institucional, y eso abarca también a las políticas de género, enfrentar la violencia de género y la violencia focalizada en los barrios populares. Y una política ambiental sustentable, un problema muy grave en Córdoba, casi tanto como la gobernabilidad
Celeste Lemos: Empleo, educación, salud/discapacidad, inseguridad, justicia y ambiente/animales.
Tomás Casañas Lerner: Siempre un Estado logra acomodar cierto tipo de políticas públicas, o generar éxitos en ciertos programas, planes o legislaciones; siempre hay algunos aciertos, no solamente en Argentina sino también en la ciudad, pero aquí está todo reventado. Por eso, a la hora de jerarquizar, iría por el lado de prioridades en la emergencia. Nosotros, en las charlas y en el trabajo que presentamos, consideramos que no hay una cuestión sin las otras: hay que entender cómo el empleo tiene que ver con la educación; la educación tiene que ver con la salud; y así, teniendo el acceso a la justicia como marco general de todo lo demás.
Ornella Romero: Me parece que está piola también entender lo que le pasa a Córdoba no como una isla, sino dentro de una coyuntura nacional e internacional, que se vive en muchos países del mundo, en los cuales la juventud en general también se ve afectada. El contexto histórico general también influye, no se trata sólo de Córdoba o de Argentina.
Luis Sánchez: Yo vuelvo a insistir con que la temática ambiental es muy problemática, particularmente en Córdoba. La depredación del bosque nativo de la provincia, desde 1990, fue realmente increíble. Y también la cuestión del agua potable de Córdoba, que no se puede tomar, hay que terminar comprando y eso genera un sinnúmero de desigualdades entre clases en Córdoba, porque en los barrios marginales las familias no pueden acceder a comprarla.
Ornella Romero:-Y ni hablar de los basurales que están en los barrios, donde hay niños que crecen con eso.
Luis Sánchez: Y después está el avance del agronegocio, que está contaminando todas las napas subterráneas. El Dique Los Molinos, por ejemplo, está contaminado con arsénico y metales pesados, los cuales son netamente cancerígenos. La famosa “Córdoba del progreso” que se vende para afuera, no implica ningún progreso, porque no hay progreso si no hay vida humana; lo vimos en la pandemia: sin salud no había vida. Entonces, ¿qué debate de política pública podemos hacer desde el punto de vista del trabajo, de la educación o de la violencia institucional? Son ámbitos que no pueden estar separados de la cuestión del ambiente.
Lautaro Allassia: El problema ambiental es de emergencia, lo planteaba, necesitamos un freno a nivel de la orientación de las políticas públicas, que están enfocadas en el extractivismo, el saqueo ambiental, el beneficio de un par de empresas privadas y terratenientes a costa de la salud, el trabajo, el derecho al acceso a la vivienda y al alimento de miles y miles de personas que hoy la pasan mal por el modelo productivo que impulsa el país y la provincia. Y eso se plasma en datos, por ejemplo de empleo y precarización, porque si bien es una temática nacional podemos discutir ¿cómo el 50% del empleo en el sector privado de la provincia es informal?; ¿cómo 39,5% de la población de la provincia es pobre, por encima de los promedios nacionales?; ¿como el 7% es indigente?; son particularidades que tienen que ver con una orientación general.
Respecto a la precarización del trabajo, tenemos que discutir que las patronales no avancen sobre el derecho laboral conquistado, pero que tampoco lo haga el Estado, porque el Estado -que debería cuidarnos- es el primero en precarizar, dentro de los distintos ámbitos, tanto provincial como municipal.
Entonces, tenemos un panorama complejo, pero que es distintivo con respecto a otros lados y que necesita la lupa enfocada en nuestro lugar, más allá de las continuidades con las situaciones nacional e internacional.
Ornella Romero: Un aporte pequeño: Córdoba produce en muchos sectores. En el caso de la producción hortícola, los compañeros campesinos tienen problemas: la mayoría no son dueños de los lugares en los producen y el alquiler de la hectárea se cobra a precio dólar, pero ellos no están produciendo dólares, no están produciendo soja -que está asociada al dólar-. Es muy injusto para la economía popular y son cosas que también afectan a las juventudes, y que están vinculadas a la cuestión ambiental.
Santiago Amuchastegui: Nosotros proponemos la participación juvenil como centro de todas las problemáticas que se están mencionando. No se puede hablar de políticas públicas, ni de los problemas de los jóvenes, si no les damos participación, no les prestamos escucha. Dándole el rol protagónico a los jóvenes será cuando realmente muchas -no digo todas- de estas problemáticas se puedan resolver, la participación juvenil es lo que desata todas estas problemáticas.
Otra cuestión que se debe mencionar es el apoyo a la economía naranja, a la creatividad, a los emprendedores, a la cultura, al deporte, a millones de cosas que suceden dentro de la vida de todos los jóvenes, que no están siendo escuchadas o visibilizadas .
4. Temas prioritarios: apuestas por el encuentro de consensos.
Para cerrar el bloque de diagnóstico de problemas, se les propuso debatir si era posible puntualizar uno o dos temas prioritarios. La propuesta tenía que ver con proponer diálogos cruzados entre lxs entrevistadxs. Para ello, se propuso partir de la participación, ya que era un eje al que todos los espacios habían hecho referencia.
Celeste Lemos: Nosotros no mencionamos la participación juvenil, y tiene que ver con que no sabemos si para llevar a cabo una política pública necesitas de un joven que esté en un lugar de decisión y de poder, para que eso luego genere trabajo, salud, educación, o para que todos los cordobeses podamos tomar aguas limpias y sanas. Creemos que la participación es importante y necesaria, claro, pero la cuestión del agua, por ejemplo, no tiene que ver con una cuestión juvenil, sino que nos atraviesa a todos; el ambiente, más allá de que lo consideramos hoy en día como una problemática joven, nos atraviesa a todos, desde el más grande hasta el más chico. Entonces, si bien para nosotros desde el Frente Cívico tomamos la participación juvenil como algo importante, creemos puntualmente que los jóvenes hoy en día nos tenemos que enfocar en que las políticas públicas lleguen, y eso no tiene que ver con una cuestión etaria, sino con que al joven le preocupa salir a la calle y que no le roben, o salir a tomarse una birra y volver a su casa, sin que la policía lo pare, lo frene, le pida el DNI o lo que sea. Hay otras prioridades, más allá de la participación dentro de una Legislatura, que se pueden solucionar a través de distintos medios. No sé si se entiende, pero no vemos como prioridad primera a la participación juvenil. Hay otras prioridades que la juventud tiene, en cuanto al trabajo, en cuanto a la salud, en cuanto al agua, que son necesidades básicas tanto para jóvenes como para grandes o infancias.
Santiago Amuchastegui: La participación sí es prioritaria, pero no bajo la forma de la representatividad en el Poder Legislativo -como se dijo recién-, sino bajo la forma de la escucha. Es muy difícil advertir las problemáticas de las juventudes si tampoco les escuchamos. No creo que sea una división de franjas etarias, pero sí es difícil para una persona de 30 años en adelante -y lo digo sin ofender- entender las problemáticas de un pibe de 12, 13 o 18 años. Y no hablo de representatividad en forma de cargo, porque un pibe de 14 años no puede tener una representatividad en forma de cargo, pero podría ser escuchado, se pueden abrir espacios donde plantear ciertas problemáticas.
Celeste Lemos: En eso estamos de acuerdo, lo que creemos es que si vamos a poner la participación juvenil como la primera prioridad, entonces hay otras anteriores que, como jóvenes, debemos tomar. Por ejemplo, el empleo o el ambiente son dos ejes fundamentales, quizás más importantes que la participación. Que la participación la tiene que propiciar el Estado, en eso coincidimos.
Lautaro Allassia: Me interesa también poner en discusión qué se entiende por participación: ¿es habilitar un canal institucional, únicamente, para que se exprese por allí?. La juventud se expresa muchísimo en nuestra ciudad, en nuestra provincia y en cada uno de los rincones que habita. Se expresa en los clubes, en las escuelas, marca preocupaciones, se expresa en las calles contra la precarización, en contra de la violencia institucional. Se expresa en las asambleas ambientales, en ámbitos artísticos, tenemos un montón de canales.
Decía antes que parte de la violencia institucional y de la persecución se expresa en que, cuando la juventud quiere salir a marchar porque ve un problema en su barrio, se le responde con leyes que tratan de prohibir la protesta social; en el momento de la participación y de la escucha, la policía nos está matando, somos una de las provincias con promedio de gatillo fácil más alto del país. Entonces, ¿cuál es la respuesta institucional: la represión o la atención a aquello que los pibes están saliendo a reclamar? También necesitamos debatir cómo canalizamos la participación, porque la juventud se expresa, no está guardada en su casa, no se queda callada. Y esa falta de escucha frente a reclamos concretos genera la crisis de expectativas de la que hablaba antes.
Celeste Lemos: Por eso reitero: no es que no nos hacemos escuchar, yo creo que sí nos escuchan, pero no se concreta la política pública, en ese punto nos enfocamos. Los jóvenes tenemos participación, existen organizaciones, existe una escucha, lo que no existe es el después.
Santiago Amuchastegui: Creemos que un hecho que se está dando es que actualmente desde la intendencia de Córdoba se ha generado, con el presupuesto participativo joven, un hecho que ha sido muy bien aceptado, a la hora de pensar la escucha y el abordaje de las problemáticas de los jóvenes, sectorizándolos por barrio o por distrito, a través de los CPC. Ahí es donde están los hechos, donde está la escucha, y donde se hace efectivo el abordaje de las problemáticas que los jóvenes tienen. Desde cada colegio, organización, Centro de Estudiantes, Centro Vecinal, grupo de amigos, proponen ciertas cosas para el barrio y para la ciudad, y esa es una medida acertada a la hora de una apertura a la participación juvenil, un Estado abierto a que los jóvenes decidan. Es decirles: “Te escucho y te aporto a que lo pueda resolver y, en conjunto, resolvemos las problemáticas que a vos, pibe de 16, 14 o 35 años, te preocupan”.
Belén Brusa: Hace poco se hizo “el estudiantazo”, en el que se juntaron mil estudiantes de distintos colegios a debatir y diseñar algún proyecto vinculado a salud mental, género, diversidad u otros temas que a ellos mismos les afectaran y se sintieran atravesados. Hay cosas que se están haciendo, se están dando los espacios, pero obviamente son muchísimos, se está haciendo desde hace poco.
Ornella Romero: La base de todo esto, al menos desde una lectura más general, es lo escolar o la escolaridad. Podemos deliberar mucho, pero si las personas que van a ocupar los cargos de poder van a ser por ejemplo -no quiero caracterizar ni nada- un abogado que nació en una familia de clase media, no va a representar más que las necesidades de ese entorno. Pondría primero a la educación como una de las problemáticas más fuertes que debemos enfrentar y, en segundo término, la representatividad, porque no vamos a solucionar ninguno de estos problemas si no tenemos quiénes nos representen: o sea, si soy una mujer disidente, me quiero sentir representada, y no por un hombre de 60 años que vive de la política hace 40 años.
Otra cosa muy importante es dar lugar a los jóvenes para crear una agenda de problemáticas propias, que es lo que estamos haciendo aquí, pero es algo que el Estado nos tiene que brindar, junto con los medios de comunicación, porque ¿cuántas veces vemos en los medios que balearon a un pibe por llevar una gorra?, pero en cambio sí vemos muy seguido cómo la policía detuvo a un joven porque intentaba robar. Entonces, eso también tiene que cambiar y es una responsabilidad nuestra, en las calles, pero también de quienes nos representan en el Estado y en las instituciones.
Tomás Casañas Lerner: Creo que tenemos que enfocarnos en una discusión acerca de la lógica del poder con el que se maneja no solamente el Estado, sino todas las instituciones. Para que al partido al que le toque gobernar mañana -cualquiera sea-, no solamente el Ejecutivo sino también los otros poderes, pueda mantener una discusión acerca de cómo transformamos la lógica del poder, porque eso es lo que hay que cambiar. Tenemos un montón de leyes viejas y de gente vieja tomando decisiones sesgadas. Hay un montón de cosas que la política está dejando afuera, pero esa lógica de poder -que busca cansar al ciudadano común, llevar las discusiones hacia un lado donde no llegan a cristalizar soluciones en el fondo- hay que modificarla. Independientemente del partido que gobierne, y de los mecanismos, programas, órganos institucionales, ordenanzas o leyes que se generen, hay que discutir la forma en la que se hace democracia, es una construcción colectiva y diaria en definitiva. Tiene que ser algo permanente y no cada dos ni cuatro años, con el cronograma electoral en la mano. Porque es lo que nos termina pasando a todos los partidos políticos: intensificamos la participación política los años impares para las elecciones y quedamos afuera de un montón de cosas, y hoy vamos a gastar millones y millones y millones de dólares todos los partidos políticos en una campaña con el 50% de gente pobre en Córdoba y no tenemos la capacidad de acordar cinco puntos y decir, de común acuerdo, “vamos con este programa y al que le toque lo hace, lo vamos a ayudar entre todos”.
Ornella Romero: Me gustaría decir algo breve, respecto a lo que me parece es el error de las bases militantes hoy. El error histórico que venimos trayendo es concebir a la política como un lugar a ocupar, y no como una herramienta transformadora. Para ocupar el poder primero tenemos que tener ideas, al menos esa es nuestra base militante, en Patria Grande. Si vos no tenes ideas no tenés que ocupar el poder, porque no vas a transformar absolutamente nada. Más aúnahora están en auge las ideas consignistas, que no son ideas, son consignas, no son ideas que tengan una base, que tengan un proyecto por detrás.
Belén Brusa: Que al fondo no resuelven nada…
Ornella Romero: Claro, son una consigna nada más. Tampoco quiero ser autorreferencial, pero ya que traen a sus candidatos, voy a traer al mío: nosotres estamos con Juan Grabois, militamos en el Frente Patria Grande. Y vemos que en Argentina la vivienda es un problema y ¿cuál es la solución a eso? Bueno, que se repartan las tierras que tiene el Estado, que no son de un dueño privado, y que se piense en un plan de desarrollo integral para que la gente pueda habitar la tierra con una casa digna. El problema de los partidos en general, y más que nada después de la pandemia, es que intentan solucionar a través de consignas, no hay una idea concreta. La idea es llegar al poder y después ver qué hacer ahí, y eso es un problema.
Tomás Casañas Lerner: La marketización de la problemática, consignas y eslóganes4.
(*) Docente e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y Becario SeCyT (IIFAP/FCS). Coordinador Académico de la Especialización en Intervención Social en Niñez y Adolescencia (IPSIS/FCS). Integrante del equipo “Entre Generaciones”, colectivo de investigación-acción con jóvenes (FCS-UNC).
(**) Pablo Salinas y Martina Irusta, estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) colaboraron con la realización de la entrevista.
1 La entrevista se realizó el viernes 12 de mayo en la sede de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la UNC. Se invitó a dos jóvenes representantes de los partidos que competirán en las próximas elecciones provinciales: Hacemos Unidos por Córdoba, Juntos por Córdoba (Juventud Frente Cívico, Juventud PRO, Juventud Radical), el Frente Vamos Córdoba Humanista y Soberanx, Encuentro Vecinal Córdoba, Creo en Córdoba de Todos, Frente de Izquierda y Trabajadores – Unidad, Nuevo Más, el Frente Liberal Demócrata Desarrollista, y La Libertad Avanza Se les pidió que quienes participaran tuvieran entre 16 y 30 años. Esta decisión fue propuesta a fines de que los partidos enviaran a jóvenes, entendiendo que la edad no agota esta definición, pero con la convicción de poder generar debates comunes sobre los problemas de una generación. Participaron Santiago Amuchastegui y Belén Brusa (Hacemos Unidos por Córdoba); Celeste Lemos y Tomás Casañas Lerner de Juntos por Córdoba (Juventud Frente Civico); Eugenia Scarpinello y Luis Sánchez del Frente Vamos Córdoba Humanista y Soberanx; Constanza San Pedro y Ornella Romero de Creo en Córdoba de Todos; y Lautaro Allassia del Frente de Izquierda y Trabajadores – Unidad (Juventud del MST).
Representantes de la Juventud del PRO, la Juventud del Encuentro Vecinal Córdoba, del Nuevo Más – Movimiento al Socialismo y la Juventud del Frente Liberal Demócrata Desarrollista recibieron la invitación, pero no pudieron estar presentes el día de la entrevista. En el caso de La Libertad Avanza, recibieron la invitación pero no respondieron. La Juventud Radical recibió la invitación, pero no se comunicó para confirmar.
2 Al momento de la edición de la entrevista se definió realizar recortes, en consenso con lxs entrevistadxs, pues la versión completa era muy extensa. Se optó también por el uso de x como forma de generar producciones respetuosas de las identidades y que superen el masculino genérico. En el caso de las citas textuales de lxs entrevistadxs, se define transcribir como ellxs lo han mencionado.
3 Solo algunxs de lxs jóvenes se conocían entre sí y fue valorado ese ámbito para intercambiar opiniones y reflexiones. Cuando los espacios partidarios confirmaron su participación, se les invitó a que identificarán y llevarán para el encuentro cinco problemas que, desde su lugar, fueran prioritarios para abordar en relación a las y los jóvenes cordobeses. Si bien era parte de un segundo momento, lxs entrevistadxs los retomaron a la hora de presentarse.
4 Junto con los problemas, se les pidió que pensaran tres acciones para el abordaje de los mismos. Estos aspectos no pudieron ser trabajados en la entrevista, ya que la misma se extendió más de lo pactado y tenían responsabilidades/compromisos asumidos previamente. Se valoró positivamente darle continuidad a este tipo de espacios donde poder abordar los aspectos pendientes.