Esta primavera de 2023 se reunieron en Córdoba artistas, trabajadores de la cultura y la comunicación, convencidxs de que no da lo mismo el lugar que ocupan la comunicación y la cultura en nuestro país.
Ante las amenaza con ecos del pasado más oscuro de nuestra historia nacional y latinoamericana, este colectivo trabaja en preservar nuestra herencia cultural y proteger la riqueza de nuestra identidad, en pos de un Estado presente, que valore el poder y la importancia de la cultura en cada punto de nuestro país.
Quienes aquí estamos, artistas, trabajadoras y trabajadores de la cultura y la comunicación de la provincia de Córdoba, sin banderas partidarias, pero con una fuerte convicción política, nos reunimos ante la emergencia que nos plantea la coyuntura política de Argentina.
Frente al balotaje del 19 de noviembre, y asumiendo la necesidad de organizarnos en red para seguir construyendo de manera colectiva, nos expresamos como Manifiesto Primavera. Nos dirigimos a las y los votantes de la provincia toda frente a esa tempestad que atrae con anuncios ilusorios que pretenden, entre otras cosas, abandonar la cultura, la educación, la salud y los medios de comunicación, que son las raíces fundacionales que sostienen el tejido social y la pluralidad de voces para una verdadera democracia.
Abandonar las políticas que las garantizan y dejarlas libradas al mercado, más que una opción, es una catástrofe de magnitud inconmensurable. De ese abandono sabe la historia de nuestro país y la historia latinoamericana, en las páginas escritas por dictaduras militares que asolaron nuestros países. En esas páginas, demonizaron la política, secuestraron, encarcelaron, torturaron y dejaron 30 mil desaparecidas y desaparecidos.
Desde Manifiesto Primavera, reivindicamos la política como herramienta fundamental de construcción de derechos y libertades. Los mismos derechos y libertades que se ven amenazadas si Javier MIlei llega a la presidencia. Sus recetas, que se instalan como novedosas, son más de la misma vieja escuela que viene generando caos, condicionando la democracia en detrimento de las grandes mayorías y en defensa del poder económico concentrado.
En esta provincia hermosa que habitamos, nos negamos a creer que el 70% del electorado apoye un candidato que desprecia las instituciones y las conquistas de la democracia. En ese 70% puede que estén nuestras madres, padres, hermanas, hermanos, parientes, amistades; en ese 70% puede haber gente de nuestro barrio, nuestra cuadra. Gente que, gracias a muchas de las políticas públicas, gracias a la presencia del Estado, tuvo acceso a la educación, la salud, el transporte, tuvo oportunidades de armar una Pyme, de crecer en un marco democrático. Esa presencia del Estado es la que nos protege del “sálvese quien pueda”, la que nos brinda una red que, aún con carencias, nos garantiza el acceso a servicios básicos para la vida y el desarrollo. Creemos en nuestra gente, elegimos creer en las cordobesas y cordobeses de bien que hacen de esta provincia un lugar maravilloso.
Nos dirigimos al electorado con el que compartimos el cansancio por las corridas cambiarias, el cuento de nunca acabar de la inflación y las injusticias sociales. A esas personas con las que compartimos la preocupación por el ambiente, la producción sustentable. Asumimos que la opción neoliberal con viejas ideas refritas —que solo generaron miseria cuando fueron aplicadas— va a traer más caos a la incertidumbre reinante. Con Macri ya tuvimos un botón de muestra.
Que estalle todo por el aire no es una opción, porque la precarización laboral, la falta de oportunidades, el hambre, el desempleo, la marginación social y los muertos siempre impactan en el pueblo, en las trabajadoras y trabajadores, en los sectores más postergados, en jubiladas y jubilados, personas con discapacidad y en las minorías. En lugar de poner el foco en los puntos débiles, elegimos mirar lo positivo de la democracia para ir por más.
De un lado hay un candidato que promete eliminar las conquistas sociales, entregar a la voracidad del mercado los derechos hoy garantizados por el Estado presente. Elegimos creer en otra alternativa, la que apunta a la construcción; lo hacemos desde el profundo amor a quienes conformamos la patria, jamás, pero jamás desde el odio.
Entendemos que la abstención, la impugnación o el voto en blanco no son una opción, constituyen un peligroso modo de desentendernos del futuro de la patria y estamos lejos de situarnos en esa actitud.
Frente a un autoritario, con discursos de odio, misógino, negacionista de los crímenes de la dictadura, a favor de la libre venta de armas y de un mercado de órganos. Frente a quien propone el recorte del Estado, el retroceso de las conquistas sociales, la eliminación de derechos como la identidad, la salud, la alimentación, el trabajo, un ambiente sano, la seguridad social, la educación, decimos NO A MILEI.
Convocamos a votar a Sergio Massa, cuyas propuestas apuntan a garantizar la presencia del Estado y a profundizar los derechos. Que cumpla sus promesas será en parte nuestra responsabilidad, desde el rol de control y seguimiento de sus acciones de gobierno.
Tenemos la fuerza y la vocación de dialogar y tensionar con quienes sea necesario para seguir construyendo de manera colectiva, pero esto solo es posible con un Estado democrático, con instituciones, leyes y garantías que nos permitan dar las discusiones a futuro. Por eso, la tarea debe ser el fortalecimiento y la unión de todas las personas y colectivos que forman nuestra sociedad.
Ante la democracia en peligro, no podemos ser imparciales ni prescindentes.
No a Milei.
Sí a la democracia.
Si a la cultura, a la salud, a la educación.
Si a los medios públicos y a la comunicación democrática.
Massa presidente.