¿Una “generación clima”? Clivajes sociales y políticos de las juventudes francesas

Por Sofyaine Chbari (*)

Francia se encuentra atravesando una delicada situación a nivel social desde que su presidente, Emmanuel Macron, decidió por decreto -sin pasar primero primero por el Parlamento, por no tener la mayoría necesaria- elevar la edad de jubilación. La situación derivó en miles de protestas y bloqueos, lo cual convirtió al país en un territorio con focos de conflicto social a gran escala. En este contexto, la juventud se hace presente con movilizaciones constantes y con un incremento de secundarios y universidades bloqueadas o tomadas por estudiantes.

El artículo de Sofyaine Chbari centra su atención en el lugar que ocupan las juventudes en el contexto político galo, pretendiendo dar una visión de los clivajes de valores y posicionamientos políticos que atraviesa actualmente la población juvenil en Francia.

Desde enero de 2023, el conflicto social en torno a la reforma de las pensiones llevada a cabo por el gobierno de Emmanuel Macron agita Francia. Rechazada por el 70%1 de la población, las huelgas y los bloqueos continúan, el número de personas presentes en las manifestaciones sigue siendo elevado a pesar de la adopción a duras penas de la reforma, en particular con la utilización, el pasado 16 de marzo, de un artículo de la Constitución, muy discutido, que permite no someter la ley al voto del Parlamento. Además, es luego de este controvertido uso que los jóvenes, a los que el discurso mediático dominante tendía a ver como ausentes de las marchas desde el inicio del movimiento, parecieron movilizarse más. Aunque sea difícil establecer con rigor esta tendencia, en las semanas siguientes observamos un mayor número de escuelas secundarias bloqueadas, universidades ocupadas y la visibilidad de los jóvenes en las manifestaciones parecía aumentar. Esta “entrada de la juventud” en el movimiento social, celebrada por los opositores a la reforma, podría ser decisiva en el futuro del movimiento. Muy comentada, también es para nosotros la ocasión de volver sobre el lugar que ocupan las juventudes en el ámbito político francés.

Este artículo pretende dar una breve visión de los clivajes de valores y posicionamientos políticos que atraviesa actualmente la población juvenil en Francia. Este panorama se dividirá en dos partes. La primera se dedicará a las divergencias políticas de estos jóvenes y a su adhesión a las causas, con base en estudios cuantitativos recientes. La segunda parte se centrará en la cuestión de las movilizaciones por el clima: presentada por lo común como la causa de las juventudes francesas (y europeas) por excelencia, se tratará de matizar esta narrativa y mostrar cómo siguen operando otros clivajes sociales y políticos, lo que cuestiona la tesis de “unanimidad generacional” de la causa climática.

I – Clivajes políticos y valores de las juventudes francesas

La idea de una juventud atravesada por una pluralidad de experiencias de la política no es nueva (Muxel, 2001) y esta pluralidad puede verse primero en la dimensión del voto. Así, en 2022 tuvieron lugar las elecciones presidenciales, que se saldaron con la victoria de Emmanuel Macron para su segundo mandato. Acontecimiento fundamental de la vida electoral francesa, con una participación elevada, estas elecciones permiten hacer un buen balance de la dinámica de voto en el seno de la población. En las de 2022 se profundizó una tendencia ya observada en elecciones anteriores, a saber, la estructuración del espacio político en tres bloques de peso casi equivalente. Un bloque (neo)liberal liderado por Emmanuel Macron (27,8%); un bloque de extrema derecha liderado por Marine Le Pen (23,1%); y, por último, un bloque de izquierda radical liderado por Jean-Luc Mélenchon (21,9%). ¿Qué podemos decir del voto de los jóvenes? En primer lugar, los jóvenes se abstienen más que otros grupos de edad2 – algo que ocurre en todo tipo de elección-. Luego, dentro del “voto joven”3 se reconfigura el peso respectivo de los tres bloques. Entre los jóvenes, el voto a Macron se desploma, cayendo al 13% entre los 18-24 años, y al 16% entre los 25-34 años. En cambio, Mélenchon obtiene resultados muy altos, alcanzando el 38% entre los jóvenes de 18-24 años y el 30% entre los de 25-34 años; al igual que Le Pen, con el 28% y el 33% respectivamente. Vemos, pues, que el voto joven está mayormente polarizado en torno a la izquierda radical y la extrema derecha.

Mientras que los estudios electorales representan una instantánea en un momento concreto, los estudios sobre los valores, que suelen ser longitudinales, ofrecen una visión más profunda de los apegos y los posicionamientos de los jóvenes. En la narrativa dominante, los jóvenes se presentan como la vanguardia ilustrada de la sociedad sobre las “nuevas cuestiones”, una categoría vaga que englobaría cuestiones de género, de antirracismo o climáticas. Basándose en datos de grandes estudios europeos, Camille Peugny (2022) demuestra, por el contrario, que no existe especificidad de los jóvenes sobre estas cuestiones. Los valores medidos de los jóvenes a este respecto muestran similitudes con otras cohortes de edad, a excepción de las personas mayores. De hecho, son estos últimos los que pueden constituir una especificidad generacional en términos de valores, ya que suelen ser los menos sensibles a la cuestión ambiental y los menos tolerantes en cuestiones de inmigración, por ejemplo.

En resumen, las juventudes francesas, polarizadas electoralmente entre un voto de izquierda radical y un voto de extrema derecha (además de un nivel de abstención muy elevado), no presentan necesariamente una especificidad generacional en la cuestión de los valores, contrariamente a lo que a veces puede afirmar la narrativa mediática dominante. Sin embargo, como ha demostrado Vincent Tiberj, comparten el ejercicio de una “ciudadanía distante” (2017), compuesta por un mayor nivel de desconfianza hacia las instituciones y las formas tradicionales de participación –en particular el voto-. Esto va acompañado de un mayor desarrollo de formas alternativas de participación, como el boicot o las peticiones, dotadas de nuevos medios, en particular digitales.

En esta línea, se ha desarrollado desde finales de la década de 2010 en todo el continente europeo, un movimiento por la defensa del clima, muy arraigado en las juventudes. Centrarse en este movimiento tiene sentido cuando uno se interesa por las cuestiones de las juventudes, ya que se ha establecido en los discursos como el “movimiento de los jóvenes” por excelencia. Intentaremos explicar las lógicas subyacentes del movimiento, pero sobre todo mostrar cómo una lectura “generacional” unívoca ignora las divisiones y diferencias sociales y políticas que atraviesan a las juventudes y a la cuestión climática.

II – ¿“Las juventudes en la calle”?: un enfoque sobre las movilizaciones sobre la cuestión climática

Decir que la cuestión climática ha adquirido una importancia creciente en Francia y en Europa durante la última década es quedarse corto. Puede decirse que el auge de esta problemática ha estado ligado a las juventudes, en los medios de comunicación y en las narrativas políticas. En este proceso, observamos “hechos sociales”, de los que se hacen eco los medios de comunicación, como ha sido recientemente el caso de la “eco-ansiedad”. Se refiere a todas las ansiedades vinculadas a las consecuencias de los desajustes climáticos, que afectaría sobre todo a los jóvenes4. Pero la resonancia de la cuestión climática con las juventudes pasa también por figuras individuales. Entre ellos, la sueca Greta Thunberg fue el símbolo de las juventudes movilizadas, como iniciadoras de las “huelgas escolares” por el clima en 2018 y 2019. La cuestión climática es un punto de entrada fructífero para cuestionar el carácter de las movilizaciones juveniles: nos permite examinar los procesos de (auto)legitimación de la acción política y los clivajes sociales y políticos que la atraviesan.

De hecho, la omnipresencia de los jóvenes en los relatos mediáticos sobre la causa climática también puede leerse como un producto mismo de estas movilizaciones. Siguiendo a la sociología de los movimientos sociales, podemos decir que resulta de un framing (Snow y al, 1986) de la movilización que sitúa a la figura de los jóvenes en el centro, como primeras víctimas de las catástrofes climáticas, legitimando así su acción. Este proceso está en consonancia con otros casos ya estudiados. Por ejemplo, el de los primeros años de La Cámpora en la Argentina, que procedió a convertir “la juventud” en capital político, sobre el que se podría basar un clivaje político replanteado en términos generacionales (Vázquez y Vommaro, 2012, p.166). Esto forma parte de una construcción de la legitimidad de la acción política de los activistas climáticos, al evocar una división entre una generación que se tomaría a pecho las cuestiones climáticas y las anteriores, que tendrían una responsabilidad en la situación actual, a través de su (in)acción. Vemos en los nombres de las organizaciones (“Youth for Climate”), o en los eslóganes (“somos la generación clima”, popularizado por la organización francesa Alternatiba), lo que puede verse como intentos de “fundar” una identidad generacional basada en los desafíos climáticos. La disputa por este capital político de las juventudes responde también a lógicas de distinción y competencia entre actores del movimiento climático (Brusadelli y Martel, 2022).

Sin embargo, a pesar de estas empresas de legitimación, los trabajos cuantitativos sobre las movilizaciones climáticas muestran que estas no reclutan de forma homogénea a todos los sectores de la sociedad. Como muestran los resultados de las encuestas realizadas en las movilizaciones, una lectura estrictamente generacional de las movilizaciones climáticas invisibiliza los clivajes centrales, como los sociales y políticos. A partir de encuestas realizadas tanto en movilizaciones climáticas específicamente juveniles (huelgas escolares), como en movilizaciones transgeneracionales (marchas por el clima), los estudios muestran cómo estos dos clivajes siguen operando con fuerza dentro de las movilizaciones. Así, en las movilizaciones transgeneracionales, las juventudes no ocupan necesariamente un lugar predominante. En estas marchas -y esto está en consonancia con trabajos anteriores sobre el movimiento ecologista-, la mayor parte del reclutamiento procede de la franja cualificada de la población activa, mejor situada económicamente; sin embargo, con una sobrerrepresentación de un polo “cultural” frente a un polo “ingeniería/negocio”. La proporción de directivos en las marchas del clima ronda el 50%, llegando hasta al 75% en marzo de 2022 en París (Quantité Critique, 2022), mientras que sólo representan el 20% de la población activa en Francia. En las partes juveniles de las movilizaciones, esta sobrerrepresentación de las clases altas se vuelve a encontrar con juventudes con capitales culturales y económicos altos, de zona urbana y escolarizadas en universidades prestigiosas (Gaborit, 2020, p.240). Pero también son los clivajes políticos los que atraviesan el movimiento climático. Contrariamente a una lectura que haría de la causa climática una causa monolítica y unánime, las encuestas muestran una diversidad de concepción de ésta, en términos de radicalidad y conflictividad. La politización de la cuestión climática dentro de las marchas aparece vinculada a las divisiones políticas, por ejemplo en la cuestión del voto (Quantité Critique, 2022), polarizado entre el Partido Verde (EELV) -que propone una ecología de tradición socialdemócrata- y La France Insoumise (LFI) -que defiende una ecología más radical de inspiración anticapitalista5. Las formas de compromiso y los repertorios de acción también varían. Mientras que el “movimiento climático” en su conjunto muestra una gran heterogeneidad de organizaciones y tradiciones militantes, los jóvenes parecen dirigirse más hacia organizaciones que favorecen lo que podría denominarse un activismo “distanciado” (Pudal, 2011). Así, hemos visto el éxito de una organización como Extinction Rebellion, con su modo de funcionamiento descentralizado y donde la iniciativa se deja en gran medida a los activistas locales, convirtiéndose en un actor central del movimiento. También el repertorio de acción opera como línea de tensión dentro del movimiento. Diversas encuestas han mostrado la estructuración de las marchas por dos polos definidos por un nivel radicalidad política en el repertorio de acción privilegiado. Una fractura clara se nota entre una parte que se dice a favor de participar a acciones de tipo “desobediencia civil”, frente a otro sector menos radical que dice apoyarlas, pero sin estar dispuesta a participar (esta parte es también la que aclara la mayor confianza hacia las instituciones públicas, Quantité Critique, 2020; Gaborit, 2020). Frente a una cuestión climática cada vez más urgente, Gaborit (2020) muestra cómo, dentro de esta tensión alrededor del nivel de radicalidad, la eficacia de los medios de acción puede superar su legalidad.

Así, si la dimensión generacional es importante en la aproximación al movimiento del clima, vemos que las encuestas cuantitativas realizadas ponen de relevancia otros clivajes centrales, como son las dimensiones políticas y sociales.

Conclusión

El objetivo de este artículo era ofrecer una visión rápida de los clivajes que atraviesan a las juventudes francesas en su relación con la política y las movilizaciones. Así, muy afectados por la abstención, los jóvenes tienden a polarizarse principalmente en torno a dos de los tres bloques que estructuran la vida política del país, el bloque de izquierda radical de un lado y el bloque de extrema derecha del otro. A pesar de los relatos que los presentan como la “vanguardia” de la sociedad en “nuevos temas”, las investigaciones disponibles para Francia no muestran ninguna especificidad real. Su relación mayoritariamente distanciada con el ejercicio “clásico” de la ciudadanía ha dado lugar a lecturas mediáticas que tienden a verlos sobrerrepresentados en las movilizaciones recientes, en particular las relativas al clima. Erigida en “causa generacional”, los trabajos aquí citados demuestran, por el contrario, que tal lectura es errónea. Aunque la cuestión climática pudo haber sido un vector de politización más arraigado dentro de las juventudes, está lejos de escapar a las divisiones políticas y sociales, que siguen siendo los clivajes más salientes de estas movilizaciones.

(*) Estudiante de posgrado en Sciences Po Paris (Francia), dedicado al estudio de la militancia y de los partidos políticos en Francia y Argentina. Miembro del colectivo de investigadores Quantité Critique y colaborador del Grupo de Estudio de Políticas y Juventudes de la Universidad de Buenos Aires (GEPoJu-IIGG).


1 Según una encuesta realizada por el colectivo de investigadores Quantité Critique, publicada en Le Monde : https://www.lemonde.fr/idees/article/2023/03/07/reforme-des-retraites-un-rejet-massif-dans-toutes-les-categories-d-actifs-nourrit-la-mobilisation_6164490_3232.html

2 Recordamos que el voto, en Francia, no es obligatorio.

3 Para las cifras, véase Lardeux et Tiberj, 2022.

5 Desde las elecciones legislativas de junio de 2022, estas dos formaciones políticas, junto con el Partido Socialista y el Partido Comunista Francés, forman una coalición política denominada Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES).


Referencias bibliográficas

Brusadelli, N., & Martell, Y. (2022). Réformer le militantisme, relancer le mouvement climat. Sur la genèse d’Alternatiba. Actes de la recherche en sciences sociales, 242(2), 4-21.

Gaborit, M. (2020). Disobeying in Time of Disaster: Radicalism in the French Climate Mobilizations. Youth and Globalization, 2, 232-250.

Muxel, A. (2001). L’expérience politique des jeunes. Presses de Sciences Po.

Lardeux, L., & Tiberj, V. (2022). Le vote et l’abstention des jeunes au prisme de leurs valeurs et de leur situation sociale (No 62; INJEP – Analyse et synthèse). Institut National de la Jeunesse et de l’Éducation Populaire.

Peugny, C. (2022). Pour une politique de la jeunesse. Le Seuil.

Pudal, B. (2011). Los enfoques teóricos y metodológicos de la militancia. Revista de sociología, 25, 17-35.

Quantité Critique, (Collectif). (2020). « Le mouvement pour le climat est moins générationnel que social ». Libération. https://www.liberation.fr/debats/2020/03/12/le-mouvement-pour-le-climat-est-moins-generationnel-que-social_1781475

Quantité Critique, (Collectif). (2022). « Mélenchon devant Jadot, Macron et Hidalgo décrochés : Des sociologues ont enquêté sur le vote du mouvement climat ». L’Obs. https://www.nouvelobs.com/tribunes/20220325.OBS56187/melenchon-devant-jadot-macron-et-hidalgo-decroches-des-sociologues-ont-enquete-sur-le-vote-du-mouvement-climat.html?utm_term=Autofeed&utm_medium=Social&utm_source=Twitter#Echobox=1648219289

Snow, D. A., Rochford, E. B., Worden, S. K., & Benford, R. D. (1986). Frame alignment processes, micromobilization, and movement participation. American Sociological Review, 51, 464-481.

Tiberj, V. (2017). Les citoyens qui viennent. Comment le renouvellement générationnel transforme la politique en France. Presses Universitaires de France.

Vázquez, M., & Vommaro, P. (2012). La fuerza de los jóvenes : Aproximaciones a la militancia kirchnerista desde La Cámpora. In « Vamos las bandas » : Organizaciones y militancia kirchnerista (p. 149-187). Nueva Trilce.

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