Nuevas identidades políticas en la democracia argentina pospandémica

Por Valeria Brusco (*)

El resultado de las elecciones primarias trastocó los tableros de la política argentina y de la reflexión política. En el marco de la publicación de los resultados de la convocatoria PISAC, compartimos a continuación aportes surgidos del trabajo de un equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Sociales, que durante la salida de la pandemia ya advertía rasgos particulares en las identidades políticas. No sólo anticipaban la adhesión por Javier Milei, sino que “pudimos conocer lo que los porcentajes de votos no muestran; es decir, las características de estos/as votantes”, nos cuenta Valeria Brusco, una de las investigadoras integrantes del equipo.

¿Cómo se daba esa adhesión en el país, según los géneros, las regiones y las edades? ¿Qué características asumía? ¿Qué puentes existían entre esas ideas y las de los votantes de las coaliciones mayoritarias? ¿Qué vínculos había con los reclamos feministas, con la participación partidaria, con la democracia? Aportes desde una mirada de mediano plazo, para abrir otras preguntas, para no renunciar a la necesaria tarea de comprender para transformar.

Introducción

Uno de los impactos de la pandemia fue en la disposición hacia el común, las acciones colectivas, hacia la idea de sociedad. Un significativo sector de la sociedad argentina se expresó en sentido contrario al re-encuentro. Se desplegaron y tomaron fuerza reivindicaciones individuales reactivas hacia el cuidado común. En muchos casos, estas actitudes se agruparon en torno a sentimientos de odio. Con este trabajo buscamos aportar a la caracterización de las identidades políticas en la sociedad argentina durante el tiempo de salida de la pandemia.

En rápida cronología de nuestra historia política reciente, modeladora de identidades, contamos una crisis de 2001 que nos dejó muertes, indigencia y desesperanza, seguida por la centralidad del entonces presidente Néstor Kirchner que renovó la agenda del peronismo con debate sobre programas políticos. Luego de los gobiernos de Cristina Kirchner, con los logros de esa etapa, los múltiples problemas irresueltos cedieron lugar al discurso empresarial individualista del espacio del expresidente Macri, cuyo gobierno fracasó estrepitosamente. Al término de la pandemia se desarrolla un creciente grupo de activos votantes antipartidos, en lo que constituiría una nueva identidad política asentada sobre el rechazo a los partidos mayoritarios. Nos preguntamos por la valoración que se hace de la democracia en tiempos de pospandemia. Un hallazgo de esta exploración indica que las posiciones antiredistributivas y antifeministas tienen más probabilidades de estar asociadas con la idea de que “a la gente como yo, nos da lo mismo que haya democracia o no democracia”.

Los datos que nos permiten explorar este fenómeno provienen de una encuesta propia realizada por la Red ENCRESPA, en el marco del proyecto “Identidades, experiencias y discursos sociales en conflicto en torno a la pandemia y la pospandemia”, que formó parte del Programa de Investigación de la Sociedad Argentina Contemporánea (PISAC). Las ciencias sociales y humanas en la crisis covid-19 (Agencia I+D+i).1 En la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) constituimos uno de los dieciséis nodos que llevó adelante el trabajo de campo en forma constructiva y horizontal, con estudiantes y graduados/as2.

La mencionada encuesta, realizada con modalidad mixta3, fue una muestra nacional representativa en la que se visitaron los hogares aleatoriamente seleccionados y se invitó a una persona de cada hogar a responder vía telefónica o por correo electrónico. Fue realizada en el año de salida de la cuarentena en Argentina (2021), cuando las preocupaciones eran muchas y el agrupamiento alrededor de un referente de la ultraderecha, Javier Milei, parecía un fenómeno disruptivo sin relevancia. Comenzamos a relevar tempranamente la adhesión a Javier Milei -entonces un personaje mediático que reducía el valor de la libertad a no vacunarse, y convocaba a reunirse sin barbijo, en tiempos de cuarentena- y al espacio denominado “La Libertad Avanza”. Con esta encuesta anticipamos la adhesión por Javier Milei en las elecciones de 2021 y también pudimos conocer lo que los porcentajes de votos no muestran; es decir, las características de estos/as votantes. Contrariamente a la idea de que se trataba de un fenómeno urbano de las capitales, de ciudades ricas, comprobamos que se trataba de una opinión presente en todas las regiones de Argentina (con menor proporción en NOA) y en todos los niveles socioeconómicos (Brusco y Balsa, 2021), novedad esta última que se constituyó en su potencia. También pudimos anticipar que eran principalmente de sexo masculino y de edades menores a 40 años.

Algunos precedentes en las tramas de la ultraderecha

La denominada rebeldía de derecha es un fenómeno que tiene a las ciencias sociales y específicamente a la ciencia política pensando, debatiendo, imaginando. Estudiantes con sus trabajos finales de grado4, cursos de política comparada5, investigadores en redes nacionales e internacionales que formulan las preguntas: ¿lo que sucede en nuestra América Latina es similar a lo que conocemos en los casos de Hungría, Polonia e Italia? ¿Argentina tendrá su Trump o su Bolsonaro? ¿Estamos ante la construcción de movimientos segregacionistas y violentos que guardan formas democráticas, pero que no valoran sus principios sustantivos de convivencia social? ¿Ofrecen lazos para reconstruir nuestras sociedades desiguales?.

A diferencia del caso de los EE.UU, donde la ultraderecha retomó posiciones de supremacismo segregacionista (el ala de ultraderecha del partido republicano, el Tea Party, es de 2009 y su culminación con la toma del Capitolio fue en 2021), en Argentina, donde el fenómeno era incipiente, la retórica de ese activismo establece que el principal enemigo son “los/as políticos/as”. Ésta es una idea que fue propuesta por el líder de derecha, Mauricio Macri6. Luego, en tiempos de pandemia se dio la activación de discursos intolerantes y agresivos hasta alcanzar su punto máximo en 2022 con el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Kirchner, por parte de grupos reaccionarios con vinculaciones políticas de ultraderecha.

¿Un mensaje que se consolida?

Las insuficiencias del mensaje de Milei y al mismo tiempo sus potencias, revelan que existe aún una escasa definición de quién es el/la otro/a y, por tanto, quiénes son el “nosotros/as”. En las reuniones de la ultraderecha en el lado occidental del mundo -reunión en México de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés) en noviembre de 2022, publicación de un manifiesto y reuniones del partido Vox español, etc.- se hacen esfuerzos para armar enemigos comunes. No obstante, “La Libertad Avanza”, la formación de Milei, no ha apuntado a la inmigración, a los organismos internacionales, a las elites urbanas o las diversidades sexuales7. No aparece tampoco como ocurre en otras formaciones de ultraderecha un “modo de ser nuestro” o una apelación a la “Argentina real” tal como ocurre en otros países. Es insistente la arenga contra “el comunismo”, que no parece alcanzar el nivel de significante vacío a la Laclau y Mouffe (1987), en el sentido de que se convierta en un término con la potencia para aglutinar todas las demandas en él. Sucede algo semejante con una posición negacionista respecto de los derechos humanos y de la crisis climática. Son posiciones negativas que provocan cierta atracción, pero que no generan adhesión homogénea en su electorado. Las personas que simpatizan y lo votarían no necesariamente coinciden con el negacionismo sobre la crisis climática, la portación de armas, el feminismo (Nazareno y Brusco, 2023). La narrativa que pone a disposición evita apuntar a un/a “otro/a”, otro enemigo aparte de la “casta”, cuidando a los grupos simpatizantes (beneficiarios/as de planes sociales, población joven no reactiva a las diversidades, etc.) Resulta por ahora un mensaje sin propuesta programática (salvo la dolarización) y sin enemigos. Más bien hay una idea que busca ser el programa, una idea simple y efectiva. Se trata de la referencia constante a lo que llaman la “casta política” como causa de todos los problemas de la sociedad. Esta idea, a medida que avanza el período legislativo, genera problemas al ahora diputado nacional Milei, quien tiene asesores/as, falta a las sesiones, no propone proyectos e incorpora como candidatos/as a integrantes del período neoliberal de los años noventa. Por tanto, ofrecemos una hipótesis a explorar: la ultraderecha argentina no consigue una narrativa comprensiva que sea, a la vez, novedosa y constructora de sentido colectivo. Toma prestadas ideas de la prédica que inició Mauricio Macri (empresarios, mérito, gastos e impuestos), al tiempo que denosta a Juntos por el Cambio, integrantes de esa “casta”. El sentido construido es individualista, hecho por y para un individuo en soledad.

Pandemia y enojo libertario

Un 5% de nuestros encuestados anticipaban que votarían la etiqueta general “libertarios”. Además de acordar con las ideas libertarias, respondieron que tenían esa preferencia porque estaban enojados con la política, frustrados: un 18% acuerda con las ideas libertarias; otro 18% quiere “acabar con la casta política”; y un 44% está “harto” de la política y el resto de los partidos.

Vamos a conocer entonces a quienes simpatizan con este mensaje que hemos descripto antes, el lado de “la demanda”. Como mencionamos, la activación durante la pandemia de los enojados en las redes sociales, en un periodo excepcional de restricciones que acentuaba los problemas económicos de los gobiernos anteriores; todo ello, junto con el creciente desarrollo de un discurso individualista, fueron el escenario para la aparición pública de los libertarios 8.

¿Son apartidarios? ¿Se consideran al margen de la discusión política? Si bien se han estudiado fenómenos como la desafección política y el desalineamiento partidista, nuestro interés estuvo en la distinción. La literatura sobre partidos políticos precisa contribuciones sobre los desalineados, sobre los desafectados, pero también sobre quienes activamente rechazan la alineación con ciertos partidos. La difusa demarcación que existió entre una identidad política de apartidarios, a veces confundida con una actitud antipolítica, ahora se observa nítidamente. El hallazgo consiste en la identificación de un tipo de personas que se pronuncia en contra de los partidos mayoritarios. Meléndez (2022) sostiene que en América Latina se debe incorporar en la clasificación a quienes tienen una identificación negativa hacia los partidos mayoritarios ( 2022: 7). Se trata de quienes se identifican contrarios al “sistema”, al establishment, que constituyen los partidos establecidos. Nosotros les rebautizamos antitodo9 y consideramos de relevancia teórica, pero también sustantiva, conocerles mejor.

El estudio de las nuevas identidades políticas es relevante cuando consideramos problemas sustantivos de las democracias los expuestos en el comienzo. Se trata de un tipo de identidad que está más probablemente asociada con cuestionamientos al orden democrático. Esta cadena causal provendría del siguiente argumento: la decepción y el enojo exigen establecer causas sistémicas. La simplificación que se ofrece es que los políticos y los partidos mayoritarios son la causa de los males. Y dado que los partidos políticos son la manera de representación de las democracias contemporáneas, el razonamiento podría terminar considerando que la democracia no sirve10.

¿Qué piensan los libertarios de la democracia?

Los datos provienen de una encuesta que se realizó con modalidad mixta. Se trata de una muestra nacional representativa en la que se visitaron los hogares aleatoriamente seleccionados para invitar a una persona de cada hogar a responder vía telefónica o de correo. Aún siendo esta una encuesta que guarda continuidad con las preguntas que hicimos en las anteriores, hubo aquí consultas novedosas, con la idea de caracterizar otras identificaciones sociopolíticas (reclamos feministas, aporte extraordinario de las grandes fortunas, democracia y opinión sobre quienes hacen política, por ejemplo).

Otra novedad de nuestro instrumento fue la solicitud de autoidentificación del tipo de piel. Son cada vez más los estudios que incluyen este atributo junto con los demás11

Para un 36% de las personas encuestadas los reclamos feministas son “excesivos”. El aporte  extraordinario a las grandes fortunas que se aprobó en 2021 recibió una opinión negativa por parte del 21% de quienes respondieron la consulta y cuando fueron consultados sobre sobre quiénes hacen política, un 38,7% dio respuesta negativa, “son todos iguales”. La pregunta por la valoración de la democracia dice “¿A la gente como usted, que haya un régimen democrático o uno no democrático, le da lo mismo?’’, agrupó a un 16,5%, proporción que aumentaba a 29,5% con “nos da casi lo mismo”.

Quienes responden que no valoran la democracia, ni a quienes hacen política, los reclamos feministas, el aporte extraordinario de quienes tiene grandes fortunas ¿son las mismas personas? ¿Pertenecen a espacios políticos?

Votantes de partidos mayoritarios y votantes libertarios

Una gran mayoría de las personas de la encuesta, 70%, está de acuerdo con los reclamos feministas. Entre simpatizantes del entonces partido oficialista -recordamos, este estudio se hizo a finales de 2021- “Frente de Todos” había un 80% de acuerdo con los reclamos; entre los libertarios había un acuerdo de 61% y entre los simpatizantes del entonces partido opositor Cambiemos había un menor nivel de acuerdo, de 55%. Entre quienes indicaron que no se sienten cercanos a ningún partido por alguna de tres razones (porque no me interesa la política, porque todos me parecen mal, no me siento identificado/a con ninguno) había aprobación mayoritaria de los reclamos feministas. Estas proporciones indican que en Argentina no es mayoritario el discurso antifeminista y que, además, está distribuido en la sociedad y no es exclusivo de una fuerza política.

Un 76% de las personas apoyó el aporte extraordinario a las grandes fortunas. Entre los seguidores del FdT ese apoyo subió a 95%; en Cambiemos el apoyo fue sensiblemente menor, 50% y entre Libertarios, solamente había un 29% de apoyo. En este caso, a diferencia de la posición ante los reclamos feministas, las proporciones fueron consistentes con los programas políticos correspondientes. Un dato a considerar a posteriori, con mayor detenimiento, es que el grupo que no se siente identificado con ninguna alianza ni fuerza política apoyó en un 77% el aporte. ¿Se trata de apartidarios/as con inclinaciones redistribucionistas que no encuentran canal de participación?

Como decimos al comienzo, se venía cultivando la idea que los/as políticos son los culpables de todo, que son todos iguales, es decir, malos. Sin embargo, entre las personas entrevistadas, 64% opinó que no todos los políticos son iguales, que depende de sus partidos. Es decir, había una distinción que obedecía a razones ideológicas: en el partido que yo apoyo son menos malos que en el otro. La opinión era mayoritaria entre adherentes al FdT, donde el 77% opinó que hay que diferenciar. En Cambiemos, el 70% sostuvo lo mismo, pero entre libertarios el porcentaje descendió a 59%. Esto muestra que la opinión positiva predominó entre las personas que apoyaban a los partidos mayoritarios. La visión negativa que iguala como “todos son igualmente malos” tenía mayor adhesión en las personas identificadas con los libertarios.

La percepción sobre la democracia, felizmente, no mostró diferencias. La mayoría respondió que no les da lo mismo la democracia que la no democracia. Un 83% de los entrevistados respondió así. Había para estas personas un valor distintivo de la democracia. Entre quienes votaron al FdT eran 86%; 88% entre JpC; y 87% de libertarios. Hay una valoración similar entre quienes se sentían cercanos a los partidos mayoritarios y a los libertarios. Sin embargo, cuando se observa el grupo numeroso que contesta que no se sentía cercano a ninguna alianza o partido, la valoración de la importancia de la democracia descendía a 78%.

Cuando hacemos los controles de variables sociodemográficas, observamos que entre las mujeres, un 22% no apoya el aporte extraordinario y este rechazo sube a 36% entre los hombres. La actitud ante la democracia no muestra diferencia entre géneros, lo mismo con la opinión sobre “los políticos” y sobre los reclamos feministas. 

Como es sabido, cuando se estudian los procesos masivos de movilización de los feminismos en Argentina, las y los más jóvenes tienden a ser más feministas, entre las y los más jóvenes consideraban excesivos los reclamos solo un 24%, proporción que subía con la edad a 32% y alcanzaba el 47% el en grupos de mayor edad.

Con el aporte a las grandes fortunas no ocurre lo mismo: entre los más jóvenes había un rechazo de 27%, en la mediana edad lo rechazaba un 20% y subía a 38% entre los de más edad.  La edad y las actitudes ante la democracia y “los y las políticos” no muestran asociación significativa.

A medida que se cuenta con mayor nivel de educación, se valoraba más la democracia. “Les da lo mismo” a  37% entre quienes tenían nivel primario, a 24% de quienes tenían nivel secundario y 4% entre quienes alcanzaban nivel superior. Con la mala percepción de los políticos ocurre que el nivel primario tenía un 45% de esa imagen, aumentaba en el secundario a 49% y decrecía en quienes alcanzaron superior, con un 34%. Los reclamos feministas resultaban excesivos para el 48% de quienes tenían estudios primarios, 72% de quienes contaban con estudios secundarios, y en el grupo de mayor nivel de estudios bajaba a 21% la opinión negativa sobre los reclamos.

Para continuar estudiando

Hemos recorrido la dimensión política de las percepciones de las personas a la salida de la pandemia. La activación de los enojos que se produjo durante la cuarentena con las redes sociales, en un contexto de resultados económicos regresivos producidos por gobiernos de partidos mayoritarios, fue potenciada con agendas individualistas de los denominados “valores morales”. Aunque aquel fuera un momento extremo en que los miedos se potenciaron y no se vislumbraba el final de la amenaza, son trazos de las construcciones ideológicas que -pensábamos por entonces- podrían persistir.

La pregunta por el circuito de las opiniones es de largo aliento. En este trabajo no podemos establecer el mecanismo causal de las apreciaciones que tienen las personas encuestadas sobre la democracia. ¿Opinaban así antes de escuchar lo que dicen dirigentes de partidos de derecha? ¿O sus percepciones devienen de su propia experiencia? ¿Existe una opinión mayoritaria, que proviene de las experiencias de frustración, injusticia y desencanto que esos /as dirigentes aprovechan y transforman estratégicamente en su mensaje? Para aproximarnos a uno de estos argumentos hace falta otro tipo de indagación. Un camino lo muestra una investigación sobre análisis de medios de comunicación en el trabajo de ENCRESPA PISAC. En ese eje transversal, uno de los hallazgos fue sobre las formas de interpelación que se hacen desde los medios. Un tipo de interpelación consiste en el alarmista, con un correspondiente efecto de sujeto atemorizado, alarmado, desesperado. Un segundo, de tipo indignado, con un efecto del sujeto que repudia. Una tercera forma de interpelación es una de tipo impotente o cínico, con un efecto en el sujeto de parálisis y una cuarta es la interpelación antipolítica, con un efecto conspiracionista en el sujeto (Córdoba, 2022).

Y por fin, queda la gran pregunta por las identidades pospartidarias como rechazos a los partidos mayoritarios ¿de qué se nutren? En el siglo XX podía haber adhesión al partido político de la familia de origen, podía asociarse a la clase social de pertenencia que era representada por determinado programa político, etc. ¿Cómo se integran las emociones, las exclusiones, las religiones, las sexualidades, en su diálogo con las injusticias económicas, la concentración de poder, el cuidado de la tierra? La democracia como mecanismo de convivencia pacífica es amenazada por mensajes confeccionados con apelaciones conservadoras y excluyentes. No pareciera ser el camino para la tan necesaria reconstrucción de lazos.

(*) Docente e investigadora de Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Integrantes del Nodo Córdoba (Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba) del proyecto de investigación “Identidades, experiencias y discursos sociales en conflicto en torno a la pandemia y la post pandemia: un estudio multidimensional sobre las incertidumbres, odios, solidaridades, cuidados y expectativas desiguales en todas las regiones de Argentina”.


Grupo de integrantes del Nodo Córdoba (Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba): María Teresa Piñero, Valeria Brusco, Marcelo Nazareno, Liliana Córdoba, Leticia Medina, Javier Cristiano, Guillermo Vázquez, Josefina Pividori, Ariel Gómez Ponce, Juan Manuel Reynares, Mauricio Fernández Gioino, Milagros Beltrán, Ana Rapi, Agustina Cuadros, Micaela de Hernández y Emilia Boni.


1 Más información en http://encrespa.web.unq.edu.ar/

2 NODO 5- UNC FCS: María Teresa Piñero, Valeria Brusco, Marcelo Nazareno, Liliana Córdoba, Leticia Medina, Javier Cristiano, Ariel Gómez Ponce, Mauricio Fernández Gioino, Ana Rapi, Emilia Boni, Emilia Kreiman, Felipe Etkin, Mateo Servent, Agustina Cuadros, Milagros Beltrán, Melina Amarila, Mercedes Borneo, Micaela de Hernández, Juan Marcos Mercado y Paloma Tosini Belli.

3 Ficha técnica: 22 de octubre al 9 de noviembre de 2021. On-line por invitaciones presenciales a muestra probabilística de mil hogares y personas que residen en provincias argentinas. Cantidad de casos con cuestionarios respondidos en forma completa: 922. Muestra probabilística multietápica en cada una de las siete regiones del país, que diferencia grandes aglomerados urbanos, ciudades intermedias, pequeñas localidades (rural aglomerada) y agrega una muestra cualitativa de población rural dispersa; 75 preguntas.

4 Trabajos finales de grado de Licenciatura en Ciencia Política que dirijo y están en proceso “La calma antes de la tormenta: la disposición discursiva de la derecha radical argentina en la campaña electoral de las PASO 2021”, de Juan Marcos Mercado y “Ultraderecha en perspectiva Comparada” de Yanick Boisrolin.

5 Ver Brusco y Yeremian (2022) para una descripción del abordaje del fenómeno de la ultraderecha en el Seminario de Política Comparada.

6 Desde 2015 en Argentina el discurso del espacio político de Macri, llamado Pro, Cambiemos y Juntos por el Cambio, sostiene que el problema son los políticos y que solo se reconoce a quien viene de la actividad privada por ser alguien que se resigna a perder ingresos (Vommaro, 2017) La política se describe así como fea, sucia, mala y para transformarla se necesitarían personas que no fueran -en el discurso se decía- políticas. Con sacrificio económico de empresarios exitosos, la moral, el valor de “ayudar desinteresadamente” iniciaban la nueva ola. Muchas personas adhirieron a esa propuesta -algunas con genuina confianza-, pero el gobierno de Macri fue un fiasco. Este resultado no solo perjudicó a los sectores sin privilegios, sino que algunos de los votantes programáticos de la derecha macrista también se vieron decepcionados. En relación a esto último, sobre distintas dimensiones de ese gobierno, ver “Pasaron cosas” (2019) Editores Marcelo Nazareno, María Soledad Segura y Guillermo Vázquez, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba y Editorial Brujas, Córdoba, 2019 https://rdu.unc.edu.ar/handle/11086/14448

7 Se difundió recientemente la plataforma de LLA: https://twitter.com/nataliavolosin/status/1658230613655138304?s=20

8 Ver Balsa y Brusco (2021) sobre reacciones ante las vacunas y su obligatoriedad.

9 Para establecer la categoría antitodo se requieren preguntas específicas, que hicimos en otra encuesta y que analizamos en otro trabajo (Brusco, 2022) Allí preguntamos por la reacción que les producían a las personas las políticas de CFK y de MM. Con respuestas que expresaban rechazo tanto a unas como a otras, construimos la variable antitodo. Nuestros datos en ese trabajo muestran que estos antitodo son mayoritariamente simpatizantes de Milei y de la etiqueta libertaria.

10 En declaración pública un senador de Cambiemos ha expresado que ‘la democracia no le ha cambiado la vida a la gente. Estamos peor que en 1983’ https://www.cadena3.com/noticia/politica-y-economia/luis-juez-ningun-argentino-puede-decir-que-la-democracia-le-cambio-la-vida_342127

11 En esta muestra de 922 casos, el 35.7% de las personas se consideraron blancas, 24,4% trigueñas, 16,6% criollas, 12,3% “no encaja en ninguna” y 1,6% originarias, 3% negras y 1% mulatas. El fraseo fue el siguiente: “Usted se considera () banco () indígena u originario () negro () mulato() trigueño() criollo() asiático() árabe() Siente que no encaja en ninguna de estas categorías”.


Referencias bibliográficas

Balsa, J. y Brusco, V. (2021). Desconfiados de los médicos y más conservadores: una radiografía de los que se oponen a la vacunación obligatoria, en coautoría, Diario Ar, 11 dic 2021 https://www.eldiarioar.com/sociedad/coronavirus/desconfiados-medicos-conservadores-radiografia-oponen-vacunacion-obligatoria_1_8565537.html

Brusco, V. (2022), Polarización e identificación pospartidaria (o Los ‘copitos’ son los/as anti-todo) en dossier Elecciones argentinas 2021, entre la pandemia y la polarización Revista Argentina de Ciencia Política (en prensa)

Brusco, V. y Balsa, J. (2021). Birlar por derecha. Varón, joven, neoliberal y conservador: radiografía del votante de Milei, setiembre 2021, El Cohete a la Luna https://www.elcohetealaluna.com/birlar-por-derecha/

Brusco, V. y Yeremian, G. (2022). Aprender haciendo y de modo colectivo: una experiencia docente en contexto de pandemia en ¿Cómo enseñamos y qué aprendimos en tiempos de pandemia?, publicación de la FCS, diciembre.

Córdoba, L. (2022). Fase metodológica sobre medios y redes de Red ENCRESPA. Análisis ideológico del discurso. Presentación de los equipos de FCS en SeCyT, Córdoba, Noviembre, versión mimeo.

Laclau, E. y Mouffe C. (1987). Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia (1ª edición). España: Siglo XXI. 1987. ISBN 84-323-0619-3.

Meléndez, C. (2022). The Post-Partisans: Anti-Partisans, Anti-Establishment Identifiers, and Apartisans in Latin America (Elements in Politics and Society in Latin America). Cambridge: Cambridge University Press. doi:10.1017/9781108694308

Nazareno, M. y Brusco, V. (2023). Derecha radical ¿Cuál subjetividad? Qué piensan, qué quieren y qué sienten quienes votan-adhieren a Javier Milei en la Argentina pos pandemia en el libro Sentidos en disputa. Estado, política y subjetividades en la pandemia, Editorial UNQuilmes ( en prensa)

Vommaro, G. (2017). La larga marcha de Cambiemos: La construcción silenciosa de un proyecto de poder. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina

 

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