Reflexiones sobre el futuro de la Defensa y las Fuerzas Armadas

Por Manuel Castillo Soro (*) 

El autor —alumno avanzado de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS)— se plantea una pregunta inquietante: ¿Argentina está preparada para  una guerra?. Su inquietud le sirve de “puntapié a la necesidad de evaluar y reforzar nuestra política de defensa nacional, con el eje central puesto en el cuidado de nuestra soberanía”. Para ello, resalta algunas de las políticas implementadas en el área desde 2019 en adelante, examina las propuestas y declaraciones públicas de las diversas fuerzas políticas que compiten por la presidencia en 2023 y explora los desafíos y oportunidades de los próximos años, enfocado “en el desarrollo y los intereses de Argentina como Estado soberano”. Debates que, aunque más alejados de la agenda social y económica urgente, también están en juego en esta coyuntura electoral.

La agitación geopolítica reciente en el mundo y en nuestra región ha puesto a Argentina, tanto a la dirigencia política como a la sociedad en su conjunto, en la necesidad urgente de rediscutir la Seguridad y Defensa Nacional. Para ilustrar este punto, podemos mencionar varios eventos significativos. Uno de ellos es el actual conflicto con Paraguay en relación con la Hidrovía Paraná-Paraguay y la central hidroeléctrica Yacyretá-Apipe, que llevó a un diputado nacional paraguayo a insinuar la posibilidad de declararle la guerra a Argentina. La adjudicación ilegal de 5000 km² de territorio marítimo argentino, primero por parte del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) y posteriormente por la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado de Chile (DIFROL), también ha sido un tema de discusión y controversia. Además, se ha iniciado la exploración y perforación petrolera en el Yacimiento León Marino, ubicado en la cuenca norte de las Islas Malvinas, llevada a cabo por una petrolera israelí respaldada por el gobierno de Gran Bretaña, como también recientemente se anunció la visita del Canciller de dicho país a las Islas Malvinas para acompañar la supuesta “autodeterminación” de la población implantada en las Islas. Todo esto sucedió entre agosto y septiembre del corriente año, y nos debe encender la alarma como país soberano.

Teniendo en cuenta lo enumerado, surge una pregunta fundamental: ¿Argentina está preparada para una guerra? Este interrogante no pretende plantear una posible confrontación armada directa, sino que sirve de puntapié a la necesidad de evaluar y reforzar nuestra política de defensa nacional, con el eje central puesto en el cuidado de nuestra soberanía. En este texto, mi objetivo es realizar un análisis conciso de los aspectos cruciales que —considero— debemos tener en cuenta como punto de partida para reflexionar sobre el futuro de la Defensa Nacional Argentina y el papel de las Fuerzas Armadas (FFAA). Para esto voy a resaltar dos políticas clave de Defensa Nacional implementadas por el gobierno durante el período 2019-2023, a las cuales considero hitos importantes para llegar a la reflexión final. También examinaré las propuestas y declaraciones públicas de las diversas fuerzas políticas que compiten por la presidencia en las próximas elecciones. Finalizaré el análisis explorando los desafíos y oportunidades que nuestra nación enfrenta en este ámbito, enfocándome en el desarrollo y los intereses de Argentina como Estado soberano.

Dos políticas, un horizonte: la “Operación General Manuel Belgrano” y la creación del Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF).

Si bien durante el periodo 2019-2023 se realizaron múltiples acciones que atañen a las FFAA y al Ministerio de Defensa de la Nación, me limitaré a exponer solo dos que me servirán de historización para la conclusión final.

En diciembre del 2019 asumió un nuevo gobierno en la Argentina encabezado por el Presidente Alberto Fernández y, pocos meses más tarde, éste tuvo que enfrentar una de las crisis sanitarias más grandes de la historia global reciente, la pandemia del COVID-19, a la cual sectores del gobierno nacional comenzaron a llamarla “la Guerra contra el enemigo invisible”. Como en toda guerra, las FFAA fueron una parte crucial para hacerle frente a la crisis sanitaria. El gobierno impulsó la llamada “Operación General Manuel Belgrano”, que tenía como objetivo principal “contener y mitigar los efectos de la pandemia por el virus COVID-19” (Armada Argentina, 2023). Esta operación fue dividida en dos partes: la primera consistía en dividir al país en 14 zonas de emergencia a cargo de comandantes, y coordinar con los gobernadores de las provincias el despliegue de las fuerzas armadas para acercar alimentos, medicamentos y objetos de higiene a la ciudadanía. La segunda parte consistió en la logística que implicó el plan de vacunación contra el Covid.19 en todo el territorio nacional (Ministerio de Defensa de la Nación, 2020). A su vez, se pusieron a disposición regimientos y destacamentos militares para la campaña de vacunación, como así también aviones y efectivos para la repatriación de más de 1400 compatriotas que se encontraban varados en el exterior (Cafiero, 2023).

En esta operación, la sociedad argentina volvió a encontrarse cara a cara con las FFAA. Bien lo dijo el Jefe de Estado Mayor Conjunto, el teniente general Juan Martín Paleo, quien expresó que “la declaración por el Gobierno Nacional del Estado de Emergencia Sanitaria (…) trajo consigo la exigencia de un planeamiento abreviado y la consecuente y no muy usual imagen de soldados operando en pueblos y ciudades de toda la República” (Paleo, 2021). Volveremos a esto más tarde.

La segunda medida que quiero destacar es la creación del Fondo Nacional de la Defensa (en adelante, FONDEF) creado mediante la Ley N° 27.567 en el año 2020. El FONDEF “tiene por objetivo financiar el proceso de reequipamiento de las Fuerzas Armadas, mediante la recuperación, modernización y/o incorporación de material.” (Ministerio de Defensa de la Nación, 2020). 

Considero que la creación del FONDEF es de gran relevancia para la estrategia de modernización de las Fuerzas Armadas Argentinas. Este fondo no solo representa un compromiso financiero para el reequipamiento militar, sino que también abre oportunidades para la adquisición de tecnologías de vanguardia. Según declaraciones del Ministerio de Defensa, se espera que el FONDEF se utilice para recuperar y modernizar el equipo militar existente, así como para incorporar tecnologías modernas que son esenciales para enfrentar las amenazas emergentes en el panorama internacional. Esta iniciativa no solo es un paso hacia la mejora de las capacidades de defensa del país, sino que también tiene implicaciones profundas en la seguridad nacional y la capacidad de respuesta ante desafíos futuros. Retomo las palabras del Jefe de Estado Mayor Conjunto: 

“Es un hecho de mayúsculo impacto (la promulgación del FONDEF) en la vida militar contemporánea de la Nación; genera estabilidad a un horizonte de financiamiento que será destinado a recuperar, modernizar y/o incorporar la moderna tecnología que se requerirá en las próximas décadas para garantizar y salvaguardar los intereses vitales de la Nación”. (Paleo, 2021)

Estas medidas —la operación de emergencia durante la pandemia y la creación del Fondo Nacional de la Defensa— no solo representan respuestas pragmáticas a desafíos inmediatos, sino que también han sido temas recurrentes en los discursos políticos de las principales fuerzas del país que hoy disputan la presidencia de la Nación.

Entre el oscurantismo y la soberanía: la discusión de la Defensa Nacional en la carrera por la presidencia 2023.

Hay cinco fuerzas políticas que disputan el sillón de Rivadavia en las elecciones generales para la presidencia: Unión por la Patria (UxP), Juntos por el Cambio (JxC), La Libertad Avanza (LLA), Hacemos Unidos por Nuestro País y Frente de Izquierda-U. En este apartado resaltaré brevemente los posicionamientos públicos y lo expresado en las plataformas electorales en materia de Defensa de las primeras tres fuerzas. Quisiera aclarar que me es casi imposible pensar en la política de defensa nacional sin tener en cuenta la visión internacional que los espacios proyectan para el país, por lo que buscaré resumir de la manera más clara posible los posicionamientos de las diferentes fuerzas políticas.

Comenzaré con Unión por la Patria (UxP). Es la coalición de gobierno actual y lleva como candidato a Presidente a Sergio Massa —actual ministro de Economía de la Nación— y como candidato a vicepresidente a Agustín Rossi —ex ministro de Defensa de la Nación y actual jefe de Gabinete de ministros—. Este último estuvo a cargo tanto de la Operación General Manuel Belgrano, como también fue el impulsor de la Ley FONDEF como jefe de la cartera de Defensa. Esto habla del rol central que ha ocupado para el candidato a vicepresidente la discusión de la defensa nacional a lo largo de su gestión. Como expresé anteriormente, el FONDEF ha sido una ley para volver a darle valor a las fuerzas armadas y poder generar un avance en materia de formación, tecnología y requipamiento, incluso lo ha reiterado en el pasado debate de candidatos/as a vicepresidente. Por su parte, Sergio Massa ha manifestado públicamente en más de una ocasión la necesidad de continuar con el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, así como también la necesidad de poder sacar al Fondo Monetario Internacional (FMI), que condiciona al país en materia económica y vulnera la soberanía argentina.

En contraposición se encuentra Juntos por el Cambio, que lleva como candidata a presidenta a Patricia Bullrich, ex ministra de seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri. Completa la fórmula Luis Petri, ex diputado nacional. Desde su gestión como Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich llevó adelante una política de represión a la protesta social y el despliegue de Gendarmería en diferentes puntos del país. Como candidata a presidenta de la Nación, junto con Petri, proponen una política de “mano dura” y endurecimiento a las penas por delincuencia, además de movilizar las fuerzas federales fronterizas a zonas críticas en el interior del país.

Finalmente, se encuentra La Libertad Avanza, fuerza política encabezada por Javier Milei, economista mediático, como candidato a presidente y Victoria Villarruel, actual diputada nacional por su misma fuerza, como candidata a vicepresidenta. Javier Milei ha dejado muy en claro desde el principio que la política de Defensa y Seguridad la maneja su compañera de fórmula, y es aquí donde encuentro un quiebre en la discusión sobre la defensa. Ella, quien ha tenido vínculos con militares represores y condenados por delitos de lesa humanidad en la última dictadura cívico-militar, ha sido quien se ha encargado de colocar la discusión de las FFAA. Tanto el candidato a presidente como la candidata a vicepresidenta han tenido expresiones de negación y apología de la última dictadura, cuestionando el número de desaparecidos (dicho explícitamente en el debate presidencial del pasado 1 de octubre) y homenajeando a militares fallecidos a manos de las organizaciones que combatían el terrorismo de Estado (el pasado 4 de septiembre). La Libertad Avanza trajo al centro de la escena la discusión sobre las FFAA, pero evocando a los momentos más trágicos de la historia argentina; a su vez, se han posicionado a favor de la “autodeterminación” de los llamados kelpers (población implantada en las Islas Malvinas) y proponen unas FFAA independientes, con fuerte apoyo en lo privado y aumento de financiamiento estatal, con ventas de empresas nacionales (como la fábrica de aviones argentinos, pieza clave del desarrollo de la Fuerza Aérea Argentina, entre otras). También encontramos en la plataforma la creación de una “Nueva doctrina de Seguridad”, que evoca a la denominación dada durante los años 1976-1983 en Argentina.

Puedo decir, entonces, que el escenario electoral se encuentra variado y complejo, que nos ha llevado a que como sociedad nos encontremos rediscutiendo consensos sociales, políticos e históricos que creíamos saldados como el proceso de Memoria, Verdad y Justicia, pero que también ha propiciado que podamos contrastar con aquellos posicionamientos de que las FFAA deben ser tan solo un brazo más de la represión y el “orden”. Las FFAA deben estar al servicio de la Nación y todo su pueblo, cuidando la soberanía, por lo que solo queda responder a la siguiente pregunta.

¿Estamos preparados para una guerra?. Consideraciones finales sobre el futuro de la Defensa y la Seguridad argentina.

Puede sonar sensacionalista pensar en una guerra propiamente dicha, con conflictos armados y todo lo que eso implica, pero considero necesario poner de manifiesto que debemos tener una política de Defensa Nacional que considere que esto es una posibilidad. Esa mirada de posibilidad nos permite pensar en un desarrollo de las FFAA, tanto en su formación profesional y vocacional como en el tecnológico, táctico y estratégico, que tenga al interés nacional como principal brújula orientadora (Esquivel, 2023). Quiero aquí colocar una cita del programa radial “Segurola y Habana” —de Futurock FM—, en el cual el periodista Iván Schargrodsky le responde a la conductora Julia Mengolini: ella dijo “Estamos en una zona de paz”, a lo cual Iván le responde “Hasta que no es más una zona de paz”. En este punto aclaro: “zona de paz” entendida como la ausencia de conflictos entre Estados, porque sabemos que en Latinoamérica existen conflictos al interior de los países que atañen otras cuestiones que no es el el punto de este escrito (como, por ejemplo, el narcotráfico). Pero volviendo a lo citado, me y nos pregunto: ¿debemos pensar en la posibilidad de que exista una guerra o, mejor dicho, una posibilidad de conflicto entre Estados, como eje central para reconstruir nuestras fuerzas armadas, aunque ese conflicto (en el mejor de los casos) nunca llegue?. Pienso que sí.

Las FFAA en nuestro país —y en gran parte de Latinoamérica— han tenido una historia compleja y, por sobre todo, teñida de violencia hacia los propios pueblos. Las heridas del Plan Cóndor y del imperialismo estadounidense siguen sintiéndose en la actualidad y nos han llevado a, por muchos años, renegar de la existencia de las mismas y tratar de mitigar todo poder político para evitar el ciclo de golpes de Estado perpetrados por las FFAA. Sin embargo, considero necesario que, a 40 años de democracia ininterrumpida en la Argentina, el vínculo entre el Estado, la sociedad y las FFAA se recomponga como mencione en el primer párrafo de este subtítulo: con el interés nacional como factor ordenador. Para respaldar esto último, tomo los resultados de una encuesta realizada por la consultora Poliarquía. Durante la pandemia en 2020, en el marco de la mencionada Operación Manuel Belgrano, la imagen positiva de las FFAA en Argentina se situaba en un 54%. Sin embargo, este porcentaje disminuyó al 33% en 2022. Durante este año aumentó levemente, llegando a un 42%. Estos números me permiten reforzar  mi posición: cuando las fuerzas armadas están al servicio de los intereses y el cuidado de la nación en su conjunto, la sociedad argentina responde  de manera positiva.

Fuente: Poliarquía Consultores.

Por otro lado, Argentina es un país rico en recursos naturales y en espacios geoestratégicos: litio, gas, petróleo no convencional, ríos, mares, bi-continentalidad, Antártida, el paso de Drake, la hidrovía, el acuífero guaraní, entre muchos otros y, si bien la intención del FONDEF es indispensable, pienso que es necesario que la ley sea modificada y se le destine más puntos del PBI al desarrollo del área de Defensa (en todas sus fuerzas y en todos sus ámbitos). Hasta el año 2022, Argentina se posicionaba como el séptimo país latinoamericano y caribeño en cantidad de inversión en Defensa, en una coyuntura de inflación y una ley redactada en 2020, es necesario repensar la financiación del área de defensa, teniendo en cuenta el gasto de nuestros vecinos.

Para terminar, considero indispensable para el desarrollo nacional fortalecer la integración regional, la cooperación en seguridad internacional y los acuerdos estratégicos que nos permitan crecer como nación. La entrada a los BRICS constituye una oportunidad única en el desarrollo de cooperación multilateral en seguridad, como también lo hace nuestra relación con Brasil.

Para concluir, entendiendo a la guerra como el conflicto escalado a la máxima violencia y desde el punto de vista tecnológico y humano de las FFAA, no considero que nos encontremos en condiciones para afrontar algo de ese calibre. Por supuesto, como ha sido históricamente la postura de Argentina, todo conflicto debe ser abordado exhaustivamente mediante los canales diplomáticos, pero sí considero necesario que como sociedad y como país, independientemente de quien se encuentre a la cabeza del gobierno, debemos construir como horizonte único el interés nacional (que es el bienestar del pueblo) y la defensa de nuestro territorio y nuestra soberanía. Concluyo con una cita:

Los debates recientes en torno a la política exterior han estado saturados de una ideologización excesiva que impide que veamos más allá de la coyuntura electoral. La reivindicación de la soberanía sobre las Malvinas, Georgias, y Sándwich del Sur, la búsqueda de la integración latinoamericana, la proyección y presencia en la Antártida, la visión bi-oceánica y bi-continental de nuestro país, la solidaridad con los pueblos oprimidos por potencias imperiales, y el fomento del multilateralismo no deben ser vistos como políticas partidarias o caprichosas, ya que constituyen elementos fundamentales para nuestra supervivencia como un país justo, libre y soberano. (Esquivel, 2023)

(*) Estudiante avanzado de la Licenciatura en Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

 


Bibliografía y Referencias:

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Cafiero, F. (2023). La defensa de la República Argentina y la importancia de revelar lo realizado. Perfil. Recuperado de https://www.perfil.com/noticias/opinion/la-defensa-de-la-republica-argentina-y-la-importancia-de-revelar-lo-realizado.phtml

Esquivel, L. E. (2023, 14 de septiembre). Argentina y el desafío de navegar un mundo en transición. Urbe Revista. Recuperado de https://urbe.com.ar/revista/argentina-y-el-desafio-de-navegar-un-mundo-en-transicion/

FutuRock FM. (2023, agosto 29). El fenómeno MILEI y la carta MELCONIAN | Ivan Schargrodsky con Julia Mengolini en #Segurola (minuto 48:45) [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=gbVj5vyXpkk

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Santoro, D. (2023). 40 años de democracia: las Fuerzas Armadas tienen una imagen positiva alta, mientras que la de los partidos políticos está en baja. Clarín. Recuperado de https://www.clarin.com/politica/40-anos-democracia-ffaa-imagen-positiva-alta-partidos-politicos-baja_0_IiIetO9Obg.html

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